Durante la madrugada del 10 de octubre, en la finca El Vergel, ubicada en la vereda La Fuente, en Tocancipá (Cundinamarca), desconocidos irrumpieron en la propiedad tras romper la malla trasera y se llevaron seis ovejas. Entre ellas estaban Pepa, una oveja blanca que había dado a luz apenas ocho días antes, y Jacinta, su nieta, criada con tetero y lazo rosa como si fuera un animal de compañía más.
“Pepa tiene una pepa grande en el cuello, y Jacinta era la más confiada con los humanos. Por eso creemos que fue la primera en dejarse llevar”, relató Claudia Marcela Lara, médico veterinario y cuidadora de los animales, quien asegura que la pérdida ha sido devastadora para toda su familia.
Su hija menor, con problemas cardíacos, ha visto afectada su salud emocional, mientras que la mayor, desde Bogotá, no ha podido contener las lágrimas desde que conoció la noticia.
¿Por qué el robo de Pepa y Jacinta despertó un debate sobre la empatía hacia los animales?
Más allá del daño material, este hecho ha abierto un debate sobre la manera en que la sociedad jerarquiza el valor de los animales. Lara cuestiona que, si se tratara de perros o gatos, la búsqueda habría sido inmediata. “El dolor por perder un animal no depende de su especie. Si fueran perros, todo el mundo estaría buscándolas”, expresó.
Las ovejas, explica, no eran animales de granja destinados a la producción, sino compañeras domésticas. Pepa incluso dormía cerca de la familia y fue la primera en llegar al hogar. “Ellas no valen dinero, valen amor”, enfatizó su dueña, quien insiste en que su único deseo es recuperarlas, incluso si debe intercambiarlas por otras ovejas.
¿Cómo avanza la investigación por el robo en la vereda La Fuente?
Según la denuncia presentada ante la Fiscalía, el proceso avanza con lentitud. A la familia se le informó que debía esperar cinco días hábiles para obtener un número de caso, mientras que el acceso a las cámaras de seguridad cercanas se ha visto limitado al tratarse de equipos privados.
La familia sospecha que los animales fueron sustraídos vivos y no para consumo, ya que los delincuentes ignoraron a los machos de más de 60 kilos. Por ello, mantienen la esperanza de encontrarlas con vida.
Ante la falta de resultados, Claudia Lara ha recurrido a las redes sociales para difundir su búsqueda, mostrando videos e imágenes donde se observan las manchas características de Pepa y el rostro blanco de Jacinta. Además, ofrecen una recompensa a quien aporte información que permita dar con su paradero, a través del número de WhatsApp 311 466 7148.
Entre ellas estaban Pepa, una oveja blanca que había dado a luz apenas ocho días antes, y Jacinta, su nieta, criada con
tetero y lazo rosa como si fuera un animal
de compañía más.