
Con un desempeño que los ubicó en el top 5 nacional, los estudiantes de Cundinamarca brillaron en las Pruebas SABER 2024, superando en 11 puntos el promedio general del país. Un resultado que no solo enorgullece, sino que pone en evidencia el trabajo conjunto de docentes, directivos, familias y autoridades educativas por una enseñanza pública de calidad.
Tras la publicación de los resultados, la Secretaría de Educación Departamental activó una serie de espacios de análisis y reflexión en los municipios no certificados. Allí, rectores y maestros se sentaron a estudiar los datos, compartir experiencias y trazar nuevas rutas pedagógicas. Más que celebraciones, las cifras dieron pie a decisiones.
“Lo que buscamos es transformar los resultados en herramientas de mejora continua”, señaló un vocero de la Secretaría. Las jornadas, centradas en el uso pedagógico de los datos, están diseñadas para formular estrategias ajustadas a la realidad de cada territorio, con enfoques inclusivos y sostenibles.
Pero el buen desempeño también trajo consigo una conversación más profunda sobre el sentido de educar. ¿Qué hay detrás de esos buenos puntajes? ¿Cómo se están formando los estudiantes más allá del aula? Estas preguntas motivaron reflexiones sobre las prácticas docentes, la equidad en el aprendizaje y el desarrollo integral de los jóvenes.
Uno de los grandes desafíos, coinciden los expertos, es convertir los datos en decisiones pedagógicas. Es decir, que las cifras no se queden en los informes, sino que alimenten la planeación académica, la innovación educativa y el diseño de políticas a mediano y largo plazo.
Desde la Gobernación se insiste en que este logro debe entenderse como un punto de partida. La meta ahora es mayor: consolidar una educación pública moderna, equitativa, pertinente y profundamente conectada con las comunidades.
La invitación, según voceros oficiales, es a que todos —rectores, maestros, padres y estudiantes— se sumen a esta tarea colectiva de seguir transformando la educación. Porque detrás de cada cifra hay una historia, una escuela, un maestro comprometido y un estudiante que sueña con un mejor futuro.
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“Este no es el final: es el inicio de una nueva etapa para la educación en Cundinamarca”.
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