OPS lanza alerta por brotes de chikunguña y expansión acelerada del virus Oropouche en las Américas

La región enfrenta una amenaza creciente: más de 212.000 casos de chikunguña y 12.700 de Oropouche en 2025 ponen en jaque los sistemas de salud y encienden las alarmas de la OPS.

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Mosquito transmisor. Imagen de referencia.
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La Organización Panamericana de la Salud (OPS) emitió una alerta epidemiológica urgente tras la confirmación de brotes de chikunguña y la circulación sostenida del virus Oropouche en distintos países de las Américas durante 2025.

El organismo advierte que la coexistencia de estas y otras arbovirosis podría desencadenar un aumento en las complicaciones graves y la mortalidad, sobre todo en niños, adultos mayores y pacientes con enfermedades crónicas.

Chikunguña: Sudamérica y el Caribe en el foco de la epidemia

La OPS informó que los principales brotes de chikunguña se concentran en Bolivia, Brasil y Paraguay, además de varios países del Caribe. Hasta el 9 de agosto de 2025, se habían contabilizado más de 212.000 casos sospechosos y 110 muertes en 14 países, con el 97% de los contagios en Sudamérica.

Aunque las cifras representan una leve reducción respecto a 2024, el virus sigue activo en focos críticos, lo que mantiene en alerta a los ministerios de salud.


Un hecho que preocupa a los expertos es la circulación simultánea de dos genotipos del virus del chikunguña: el asiático y el africano oriental-central-meridional. Este último, detectado ya en cuatro países, podría alterar la dinámica de transmisión al interactuar con el genotipo asiático, generando un escenario más complejo para su control.

La OPS subrayó la importancia de vigilar los linajes genéticos del virus como herramienta clave para anticipar la magnitud de los brotes y ajustar las respuestas sanitarias.

Oropouche: de la Amazonía a nuevos territorios

El virus Oropouche, transmitido principalmente por el jején Culicoides paraensis, avanza con rapidez hacia zonas donde nunca antes había circulado. En apenas siete meses, se han confirmado más de 12.700 casos en once países, con transmisión autóctona en Brasil, Colombia, Cuba, Panamá, Perú y Venezuela.

Antes restringido casi exclusivamente a la Amazonía, el virus ahora se ha instalado en nuevos escenarios urbanos y rurales, lo que plantea un desafío adicional para las autoridades de salud pública.

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La OPS insiste en que la expansión geográfica sin precedentes de este arbovirus exige reforzar la vigilancia epidemiológica y entomológica.

Sin vacuna ni tratamiento: la prevención como única defensa

Ni el chikunguña ni el Oropouche cuentan con tratamientos específicos ni vacunas. Por eso, la estrategia se centra en la prevención y el control de vectores. Entre las medidas más urgentes, la OPS recomienda:

  • Eliminar criaderos de mosquitos y drenar aguas estancadas.
  • Usar repelentes, ropa protectora y mosquiteros en zonas de riesgo.
  • Desmalezar áreas rurales y controlar la proliferación del Culicoides paraensis.
  • Promover el diagnóstico temprano durante los primeros días de síntomas.
  • Reforzar la capacidad hospitalaria para atender complicaciones graves como encefalitis o síndrome de Guillain-Barré.

La participación comunitaria y la acción intersectorial son consideradas pilares fundamentales para contener la propagación.

Un llamado a la acción continental

En su comunicado, la OPS instó a los gobiernos de la región a actuar de forma coordinada y proactiva. La cooperación regional, el fortalecimiento de la vigilancia epidemiológica y la educación ciudadana serán decisivos para impedir que chikunguña y Oropouche escalen hasta convertirse en una crisis de salud pública de dimensiones continentales.

La advertencia es clara: la región tiene una ventana de oportunidad limitada para reforzar sus sistemas de salud y cortar la cadena de transmisión antes de que estas enfermedades se conviertan en la próxima gran emergencia sanitaria del hemisferio.

El organismo pide a los gobiernos acciones coordinadas y urgentes para evitar una crisis de salud pública continental.