Por Redacción
La muerte del Papa Francisco ha dejado al mundo con un silencio especial. Su paso por Colombia no solo fue histórico por su mensaje de reconciliación, sino también por los gestos que se tejieron alrededor de su figura. Varios regalos, entregados en distintos momentos, hoy adquieren un valor distinto: ya no solo como símbolo de fe o cultura, sino como huella de un diálogo entre pueblos. En ellos quedó guardado el respeto, el cariño y la espiritualidad de un país profundamente marcado por la búsqueda de la paz.
Estos son los regalos que recibió el Papa Francisco en su visita a Colombia:
En septiembre de 2017, el Papa Francisco recorrió Bogotá D.C., Villavicencio (Meta), Medellín (Antioquia) y Cartagena de Indias. No era un viaje más. El país acababa de firmar un acuerdo de paz y necesitaba una palabra que no viniera de un discurso oficial. El Papa la ofreció, y Colombia respondió también con símbolos.
Durante esa visita, recibió una camándula en filigrana de plata con incrustación de ónix, hecha por el orfebre Diego Urán en Ciénaga de Oro (Magdalena). Representaba la fe sencilla y profunda de las regiones. También se le entregó una mochila arhuaca blanca, tejida por mujeres indígenas y usada por los mamos de la Sierra Nevada, como símbolo de equilibrio espiritual.
Desde Ráquira, Boyacá, llegó una escultura de barro llamada “Niña Ángel” o “María en Paz”, elaborada por el artesano Javier Sierra. A esto se sumó una paloma de porcelana blanca —llamada Plumae— diseñada por la arquitecta Ana González Rojas, que transmitía en silencio el anhelo de paz que traía su presencia. En Medellín, recibió además un poncho, un carriel y un sombrero aguadeño, guiños a la identidad paisa que mezclan dignidad, campo y memoria.
El Papa Francisco recibiendo los regalos de manos del expresidente Juan Manuel Santos y su esposa María Clemencia Rodríguez de Santos. Autoría: Presidencia de la República.
Uno de los homenajes más singulares vino desde Zipaquirá (Cundinamarca). Aunque no logró concretarse la visita del Papa a la Catedral de Sal, la Alcaldía de ese entonces, encabezada por Luis Alfonso Rodríguez Valbuena, insistió hasta el final para acercar al Pontífice a este lugar simbólico. Como gesto, se le entregó un cuadro tallado en sal y, el 1 de septiembre de ese mismo año, fue entronizada en la Catedral una estatua de sal del Papa Francisco, de un metro sesenta de altura, elaborada por el escultor Pedro Carlos Penagos Sierra. La obra quedó como parte permanente del recinto, mezclando espiritualidad, arte y territorio.
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Egan Bernal regaló una bicicleta al Papa Francisco:
Tiempo después, el Papa recibió un regalo inesperado por parte del ciclista colombiano Egan Bernal: una bicicleta Pinarello Dogma F12, con los colores de la bandera argentina. El gesto tenía más de encuentro humano que de protocolo. Fue una forma de hablarle desde la admiración, desde el deporte, y desde un país que comparte con él una historia marcada por la fe y el esfuerzo.
La bicicleta, valorada en más de 126 millones de pesos, fue enviada al Vaticano con una dedicatoria especial.
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Una ruana para el recuerdo: el último gesto de un presidente colombiano
En enero de 2024, el presidente Gustavo Petro fue recibido por el Papa en una audiencia privada. En ese encuentro, que se centró en el proceso de paz colombiano, también hubo espacio para un intercambio de símbolos. Petro le llevó una ruana tejida en Cogua (Cundinamarca) y una bolsa de café, representaciones humildes pero profundas de la Colombia campesina y laboriosa.
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Ese detalle, que en su momento pasó casi desapercibido, hoy se recuerda como uno de los últimos gestos oficiales entre Colombia y Francisco. Una prenda que abriga, una bebida que acompaña.
Así de simples y así de significativos fueron los regalos finales de un país al líder espiritual que tanto los alentó.
En ellos quedó guardado el respeto, el cariño y la espiritualidad de un país profundamente marcado por la búsqueda de la paz.
Foto portada: Imagen de referencia tomada de https://depositphotos.com/es/
