Adiós al Papa Francisco: el mundo lo despide

El mundo católico y líderes internacionales rindieron este sábado un último homenaje al Papa Francisco, fallecido el pasado 21 de abril a los 88 años.

Más de 250.000 fieles, jefes de Estado y representantes religiosos se reunieron en la Plaza de San Pedro para participar en la ceremonia fúnebre, que marcó el cierre de un pontificado transformador.

Entre los asistentes estuvieron el presidente de Estados Unidos, Donald Trump; el exmandatario estadounidense, Joe Biden; el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky; la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; el jefe de Estado Argentino, Javier Milei; el presidente de Italia, Sergio Mattarella; el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; el representante del Reino Unido, el príncipe de Gales, William; y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, entre otros líderes.

También se hicieron presentes delegaciones de diversas iglesias cristianas y representantes de otras confesiones religiosas, enviando un claro mensaje de unidad interreligiosa en un momento de gran trascendencia histórica.

Durante la misa, presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, se destacó el legado de Francisco, centrado en la defensa de los más vulnerables, su compromiso con la protección del medioambiente y sus reiterados llamados a la paz en un contexto internacional cada vez más tenso.

Finalizada la ceremonia, el féretro fue trasladado en un papamóvil especial por las calles de Roma hasta la Basílica de Santa María la Mayor, cumpliendo el expreso deseo del pontífice de no ser sepultado en las tradicionales criptas vaticanas. A lo largo del recorrido, miles de personas se congregaron para rendirle homenaje entre aplausos y oraciones.

El entierro, llevado a cabo en un acto privado, contó con la asistencia de familiares, migrantes y personas en situación de vulnerabilidad, un gesto coherente con la visión pastoral que definió su pontificado. La tumba, austera y discreta, lleva simplemente la inscripción «Franciscus».

Con la muerte de Francisco, el Vaticano entra oficialmente en período de sede vacante. El cónclave para la elección de su sucesor está previsto para el mes de mayo, abriendo un nuevo capítulo en la historia de la Iglesia.

El papado de Francisco, iniciado en 2013, dejó una huella profunda, impulsando reformas en la Curia Romana, promoviendo la inclusión social y fortaleciendo el diálogo interreligioso en una época de desafíos globales.