Lo que parecía una jornada habitual de entrenamiento en una de las sedes de la cadena Smart Fit, en Cajicá (Cundinamarca), terminó en un altercado que ha generado preocupación entre los usuarios del gimnasio y la comunidad del sector. Un instructor identificado fue grabado cuando, presuntamente, empujaba a un cliente y, acto seguido, tomaba un disco de pesas con presunta intención de usarlo como arma.
El hecho ocurrió en el establecimiento ubicado en el sector Milla de Oro y fue registrado en video por testigos. En las imágenes (que circularon en redes sociales antes de ser eliminadas) se observa el momento en que un compañero del instructor interviene de forma oportuna y le arrebata el disco, evitando una agresión mayor.
Mientras algunos usuarios continuaban con sus rutinas, otros presenciaban la escena con desconcierto. Lo que más generó inquietud fue la rapidez con la que escaló la situación y la actitud exaltada del instructor, que habría iniciado el conflicto desde el inicio de una clase grupal.
¿Qué provocó el enfrentamiento dentro del gimnasio Smart Fit de Cajicá?
Según la denuncia pública realizada por las personas involucradas, el conflicto no fue fortuito. Todo comenzó durante una clase de rumba que se dicta a las 12:15 del mediodía. De acuerdo con el relato, el instructor se dirigió a ellos desde el principio con un tono intimidante y frases despectivas.
“Nadie les va a dictar la clase como yo” y “los asesores de BodyTech no son tan buenos como yo”, fueron algunos de los comentarios que, aseguran, el instructor repitió frente a los demás asistentes. Aunque intentaron ignorar sus palabras, la tensión fue creciendo.
En medio de la sesión, uno de los asistentes preguntó si podrían grabar un video bailando, como ya lo habían hecho antes. La respuesta del dirigente de la clase fue tajante: les pidió que se retiraran del campo de visión de la cámara y les informó que necesitaba hablar con ellos en privado. Fue entonces cuando los acusó (según el testimonio) de vender coreografías a instructores de otros gimnasios y cuestionó sin pruebas sus intenciones.
Minutos más tarde, mientras los denunciantes estaban en el área de recepción, el hombre se acercó gritando, les impidió hablar y al parecer empujó a uno de ellos en el pecho. Después, tomó un disco de pesas, pero fue contenido por otro trabajador del gimnasio, quien lo condujo a una zona restringida para evitar mayores consecuencias.
El instructor tuvo que abandonar el lugar escoltado y, al notar que estaba siendo grabado, habría dicho: “Echar, que me echen”.
¿Qué consecuencias ha tenido el hecho para el gimnasio y la comunidad?
El episodio ha generado preocupación entre los usuarios del gimnasio y vecinos del sector, quienes consideran inadmisible que un espacio destinado al bienestar físico y mental se vea empañado por este tipo de comportamientos.
Hasta el momento, Smart Fit no ha emitido un pronunciamiento oficial sobre lo ocurrido ni ha confirmado si el instructor continúa vinculado a la cadena. Sin embargo, en redes sociales, decenas de personas han pedido una respuesta clara por parte de la empresa, además de medidas concretas para evitar que situaciones similares se repitan.
¿Qué dice el instructor del Smart Fit sobre la situación?
A través de sus redes sociales, el instructor señalado, indicó lo siguiente:
Un instructor identificado fue grabado cuando empujaba a un cliente y, acto seguido, tomaba un disco de pesas con presunta intención de usarlo como arma.