Homenaje a la Virgen del Rosario de Guasá, patrona de Catedral Sal de Zipaquirá

La Virgen del Rosario de Guasá, igualmente conocida como ‘La Morenita’, es la patrona de los mineros de la sal y de los zipaquireños católicos, su historia es de transcendental importancia para la Primera Maravilla de Colombia.

Los días 27, 28 y 29 de octubre en Zipaquirá, el segundo lugar de culto más portentoso del mundo conmemorará el aniversario número 59 de homenajes a la ‘Patrona de los Mineros’, Nuestra Señora del Rosario de Guasá.

Este evento de tradición realizado por los mineros en fervor a su Virgen Protectora se ha celebrado durante décadas. Su historia cuenta que desde los tiempos de la Conquista, la sal de Zipaquirá ha deslumbrado al mundo; la Virgen de Guasá (a la cual denominaron ‘la morenita’ o la ‘la tiznada’ por su contacto con el polvo negro y la sal emanada en los distintos procesos mineros), ha cuidado de los mineros que con sus manos labraron la majestuosa e indescriptible Catedral de Sal e hicieron la explotación salina en diferentes socavones, arriesgando sus vidas.

Tras la devoción y fe de los mineros salineros hacia la virgen, se hizo la construcción de un templo subterráneo que se concretó el 15 de agosto del año 1954 con la inauguración de la Catedral de Sal en honor a la Virgen de Guasá, tanto así que afirman los cronistas que cuando llegó el siglo XX y ante la marcada religiosidad de los mineros de Zipaquirá hacia la Virgen, estos decidieron cambiar el pretérito cuadro que reposaba en los túneles de la mina, por una imagen a la que destinarían un altar especial dentro del socavón. Así le encomendaron al joven minero y artista, Daniel Rodríguez Moreno, la elaboración de una imagen propia, en materiales de terracota policromada y arcilla, que reflejara fielmente todos sus sentimientos dentro y fuera de la mina.

Desde ese entonces, en Zipaquirá es tradicional realizar diversas actividades culturales y religiosas en torno a la ‘Morenita’. Para este 2022, durante tres días se realizarán varias actividades, entre estas: procesión, eucaristía, serenata, exposición de las Advocaciones Marianas y muestras culturales.

Programación: 

También cabe resaltar que, en Catedral de Sal de Zipaquirá, también se encuentran entronizadas las advocaciones de la Virgen de Guadalupe de México, la Virgen de la Altagracia de República Dominicana, Nuestra Señora de Luján de Argentina, la Virgen de Fátima de Portugal, la Virgen de la Caridad del Cibre de Cuba, Nuestra Señora de la Paz de El Salvador, la Virgen del Caacupé de Paraguay y la Virgen de los Santos Ángeles de Costa Rica.

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A continuación, algunos sutiles y emotivos versos, inspirados en Nuestra Señora del Rosario de Guasá Patrona de los mineros de Zipaquirá:

CANTO DE AMOR A UNA REINA DE SAL

Mis pies cansados me arrastran a través de la oscura senda de la existencia, vida que es vía crucis, que es dolor pero también sonrisa, sueño, gozo. Y busco el cielo, un cielo nuevo cercano, mío, muy mío.

Firmamento libre de nubes
pero colmado de paz
y marcado por la presencia viva
de un Dios, de un Creador,
Y en esa búsqueda,
vislumbra un encuentro.
Mis ojos andariegos, fatigados
pero atentos han clavado en ti la mirada,
extasiados Oh madre por tu inefable belleza
Oh Reina mía, refugio y solaz
de las tristes horas;
compañera y filial amiga,
en los alegres días.

Desde tu alcázar de sal
al orbe con amor abrigas;
Amor puro y cristalino,
emanación sagrada de roca salina.
Fuerte, seguro, cálido, misterioso
retocado por la suave brisa de tus labios
«Morenita» de mi vida.

No hallaste en el mundo
morada más digna
augusta e inmaculada
que tu Catedral de Sal.

Escenario donde los cuatro puntos cardinales
se pierden en un universo infinito,
oscuro, silencioso, mágico.
Pródigo seno de la tierra
que abrió sus entrañas
para que el tiempo detuviera allí su marcha,
y se fundiera entre sus agrisados brazos,
como anhelando despuntar la mañana.
Océano celeste,
piélago azuloso de un austro lejano;
que envolvió con sus cristales
a la más fulgúrea perla
que sabiamente el Creador
en su santuario colocara,
para que el cosmos asombrado
con especial devoción la amara.

Reina mía, amada mía
a tus pies, mis ruegos y lamentos.
Mientras de mis labios
brotan dulces cantos,
enamorados ellos,
que entre la noche y el día
de mi vivir componen
la más fina y singular melodía.

En tanto mi alma alborozada e inquieta,
con suave oración tu bondad invoca:
Ruega por nosotros Reina de Guasá,
Luz de Paz, Sal de nuestras vidas.

Autor: Andersson Gilberth Rodríguez Murcia.
Zipaquirá, octubre 26 de 2002.

Tras la devoción y fe de los mineros salineros hacia la virgen, se hizo la construcción de un templo subterráneo que se concretó el 15 de agosto del año 1954.

Foto portada: Autoría, Catedral de Sal de Zipaquirá.