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Ganadería de Conservación en Cundinamarca, un caso amigable con el medioambiente

En los campos del noroccidente de Cundinamarca, a 1.300 metros sobre el nivel de mar, un predio ganadero se esfuerza por desarrollar su actividad agropecuaria en beneficio del medioambiente.

Esta finca cuenta con ganado de levante y ceba (proyectando que los animales tengan una ganancia de peso entre los 10 y 15 kilos mensuales), donde no hay establos y tampoco se ofrece concentrado como parte de la alimentación para los bovinos, para así evitar que las reses emitan metano, uno de los gases el efecto invernadero. Y en caso de que uno de los mamíferos se vea afectado en su rendimiento, se le suministran medicamentos y vitaminas.

Otro de los desafíos es que esta zona cuenta con dos nacimientos de agua y anhela garantizar que los afluentes se conserven, impidiendo el pisoteo del ganado en el área cercana, sobre todo con las plantas de guadua. Esto también refleja la conservación de terrenos más estables, pues la tala de árboles conlleva derrumbes y derribamiento de tierras.

Consecuencia de estos procesos, es la calidad de la carne de este ganado (Blanco Orejinegro), “este ganado no sufre de estrés, se alimentan de un pasto que es más limpio y respira un aire más puro así como bebe agua pura, lo cual garantiza un mejor producto final” señaló Sebastián Cubillos, ganadero a cargo de este proyecto.

Desarrollar su actividad agropecuaria en beneficio del medioambiente.

Foto portada: Imagen de referencia para ilustrar la noticia. Autoría de Miguel Ángel Masegosa, en Flickr. 

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