El ciclismo colombiano vive horas de recogimiento tras confirmarse el fallecimiento de Roberto “Pajarito” Buitrago, uno de los grandes pioneros de esta disciplina en el país y ganador de la Vuelta a Colombia en 1962. La noticia se conoció en las últimas horas y de inmediato provocó una oleada de mensajes de condolencia y reconocimiento desde distintos sectores del deporte nacional.
Familiares del exciclista informaron que Buitrago murió, acompañado de sus seres queridos, en un entorno de tranquilidad, cerrando así el ciclo vital de un hombre que dedicó su vida a pedalear en tiempos en los que el ciclismo colombiano apenas empezaba a abrirse paso. Su partida deja un vacío profundo, pero también una memoria colectiva cargada de esfuerzo, constancia y superación.
Orígenes en Boyacá y una vocación forjada en la montaña
Nacido en el municipio de Guayatá, en el oriente de Boyacá, Roberto Buitrago creció en una región de montañas exigentes que terminaron marcando su destino deportivo. En una época caracterizada por la escasez de recursos, la ausencia de apoyo técnico y las limitadas condiciones logísticas, encontró en la bicicleta una herramienta para competir, resistir y avanzar. Desde muy joven demostró una capacidad física notable y una disciplina que lo diferenciaron dentro del pelotón nacional.
Una carrera marcada por la resistencia y la inteligencia en ruta
Su carrera se desarrolló en años en los que las competencias se disputaban en carreteras destapadas, con recorridos largos y jornadas que exigían tanto fortaleza física como mental. En ese contexto, Buitrago fue construyendo su reputación como un corredor inteligente, calculador y resistente, capaz de administrar esfuerzos y responder en los momentos decisivos.
El punto más alto de su trayectoria llegó en 1962, cuando se coronó campeón de la Vuelta a Colombia, una edición recordada por su dureza y por la exigencia de sus etapas. Años después, el propio Buitrago relató que aquel triunfo fue consecuencia de una preparación constante y de la confianza plena en el trabajo realizado. “Sabía que no sería fácil, pero creía en el entrenamiento y en la estrategia”, comentó en distintas entrevistas concedidas a lo largo de su vida.
Un legado que abrió camino a nuevas generaciones
Más allá de ese título, “Pajarito” Buitrago fue protagonista habitual del calendario nacional, participando en numerosas competencias y convirtiéndose en un referente para corredores más jóvenes. Su estilo de carrera, su carácter competitivo y su respeto por los rivales le permitieron ganarse un lugar destacado en el ciclismo de su tiempo, cuando cada kilómetro representaba un desafío mayor.
Tras conocerse su fallecimiento, exciclistas, dirigentes deportivos y aficionados coincidieron en destacar su aporte al desarrollo del ciclismo colombiano. Para muchos, su ejemplo fue determinante en la formación de nuevas generaciones que, con el paso de los años, llevaron el nombre de Colombia a escenarios internacionales, demostrando que el camino abierto por los primeros corredores fue decisivo para el crecimiento del deporte.
La familia de Roberto “Pajarito” Buitrago anunció que en las próximas horas se darán a conocer los detalles de las honras fúnebres y de los actos conmemorativos con los que se rendirá tributo a uno de los nombres más representativos de los orígenes del ciclismo en el país, cuyo legado seguirá rodando en cada pedalazo de quienes hoy toman la salida en las carreteras de Colombia.
Su nombre permanece ligado a los primeros
grandes logros del ciclismo nacional.
