El Castillo de las Artes. Fotografía: Alcaldía Mayor de Bogotá
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Este es “El Castillo” no del terror, sino de las artes, en Bogotá

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Culmina por estos días en Bogotá, una completa agenda cultural que durante el mes de septiembre ofreció uno de los sitios más particulares de la capital, conocido por un pasado oscuro, pero que ahora construye un presente y futuro realmente resplandecientes. Hablo del célebre “Castillo de las Artes”, escenario de la cultura bogotana ubicado en la célebre zona de Santa Fe, otrora asiento de drogas, prostitución, delincuencia, crímenes, dinero sucio y también miseria, mucha miseria.

El denominado mes del amor y la amistad, ofreció infinidad de propuestas culturales, talleres, experiencias artísticas, cine, baile y mil expresiones artísticas más, agenda que termina en este fin de semana, con una comparsa de carreteros que se desarrollará el viernes 27 dentro de la actividad castillo al barrio, así como una actividad dirigida a niños entre los 0 a 5 años, denominada “suspendidos” este sábado 28.

Pero ¿cuál es esa historia relacionada con este lugar, que reposa en la memoria de los bogotanos y que, por fortuna, hoy es tan solo parte de un mal recuerdo?

El 16 de diciembre de 2020, como regalo de navidad para la capital, la entonces Alcaldesa Mayor de Bogotá Claudia López, inauguró y puso en funcionamiento, un curioso escenario cultural y artístico conocido como “el Castillo de las Artes”, ubicado en la calle 23 con carrera 14, en pleno corazón de Bogotá.

Un verdadero castillo del terror

Tres años atrás, el inmueble había sido objeto de un allanamiento, basado en investigaciones que apuntaban a que se trataba del epicentro de actividades y negocios ilícitos, donde su propietario, o por lo menos el que aparecía como tal en las escrituras del predio, era un lavador de activos de la mafia. Entre las muchas desafortunadas y violentas historias, funcionó en el lugar un prostíbulo. Es de anotar, que en el año 2002, el barrio Santa Fé, donde se halla ubicado “el Castillo”, fue declarado zona de tolerancia.

Lo cierto es que después de las labores judiciales de allanamiento, el lugar, que estaba construido interiormente como un complejo entramado, entró en un marcado deterioro, lo que preocupó a las autoridades distritales.

Mientras se discutía cuál sería el futuro de esta construcción y antes que se volviera a convertir en hoya de maldad, nació al interior del Idipron (Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud), la idea de solicitar ante la SAE (Sociedad de activos Especiales) el inmueble conocido como “el Castillo”, (lugar que luego de su incautación fue enviado a este organismo) para desarrollar allí programas con jóvenes raperos del sector.

Al visitar el espacio no se encontró más que ruinas, suciedad y vestigios de las crueles historias que allí se padecieron por años. Pero pudo más el loco deseo de dos soñadores de la cultura, que la maldición que colgaba de las paredes de aquel tenebroso lugar.

Leer también: Los secretos que se encontraron en el prostíbulo de la mafia

Es válido soñar

Se efectuaron las labores de adecuación y remodelación respectivas y luego de pensar en algunos nombres, no muy santos, por cierto, nació para Bogotá, sus habitantes y su sistema cultural el famosísimo “Castillo de las Artes”. En su inauguración, la alcaldesa Claudia Rojas manifestó: “estamos en «El Castillo de las Artes» por la osadía del Idipron. Esta es la prueba reina de que los sitios son lo que se hace en ellos. Este fue un lugar de maltrato y abuso durante décadas. Lo hemos tomado para transformarlo y prestar servicios de cuidado”.

Fue así como nació la Quinta Manzana del Cuidado en el barrio Santa Fe, un antiguo lugar de lenocinio que gracias a la voluntad política y esfuerzo conjunto de entidades como Idartes, Idiprón, la Fundación Gilberto Alzate Avendaño, la Secretaría de Seguridad, la Secretaría de Cultura, la Secretaría de la Mujer, la Alcaldía Local de Los Mártires, la Secretaría de Integración Social y el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, se convirtió en el primer centro de arte, cultura y memoria de Bogotá.

“El Castillo de las Artes”, es ahora un feliz escenario donde niños, jóvenes, mujeres, adultos mayores se reencuentran con la cultura, el espacio que ofrece escuela de artes y oficios para la vida, un museo nocturno, una biblioteca, procesos de cartografía social, laboratorios de creación colectiva, diálogos de saberes, talleres de reactivación de las artes entre muchas otras opciones, como las actividades que mensualmente se programan, dirigidas a personas de todas las edades, sin costo alguno, pero si con mucha ganancia para el sistema cultural de la capital. Es la prueba fehaciente que sobre los escombros de la muerte, de la oscuridad, de la violencia, se construye la paz, el bienestar y la riqueza del arte, es la certeza que sobre el recuerdo de las flores marchitas, germinan las flores nuevas, llenas de vida, fragancia y color.

Estamos en «El Castillo de las Artes» por la osadía del Idipron. Esta es la prueba reina de que los sitios son lo que se hace en ellos. Este fue un lugar de maltrato y abuso durante décadas. Lo hemos tomado para transformarlo y prestar servicios de cuidado.   Alcaldesa Claudia López

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