Mientras el mundo se conecta con un clic, la docente Custodia Cruz, del Liceo Integrado de Zipaquirá, decidió que sus estudiantes volvieran a sentir la emoción de escribir cartas a mano. Así nació una experiencia que conectó a niños y niñas de Colombia, México y Chile, demostrando que la lectura y la escritura siguen siendo herramientas poderosas para unir corazones.
Cartas que cruzan fronteras:
Hace dos meses, los estudiantes de cuarto grado en Zipaquirá (Cundinamarca) escribieron cartas para niños de Chile. En ellas contaron historias, describieron sus costumbres y compartieron sus sueños. El salón se llenó de emoción cuando cada niño abrió la carta que había viajado más de 4.100 kilómetros. “Fue un momento hermoso, los niños estaban felices de leer sus cartas. Algunos se sorprendieron al descubrir datos sobre Chile y México, y todos se sintieron motivados para seguir escribiendo”, expresó la docente.
Un intercambio lleno de aprendizajes:
Esta actividad forma parte del proyecto Casaleo, que promueve la lectura, la escritura y el aprovechamiento del tiempo libre, a través de experiencias que generen disfrute y aprendizajes significativos. “Tener amigos en otros países permite conocer diferentes contextos culturales y compartir saberes. Queremos que los niños sean amigos de los libros y descubran la magia de las palabras”, agregó Custodia Cruz.
Gracias al trabajo en equipo:
Este intercambio fue posible gracias a la colaboración de las docentes:
- Brisa Cubides (Colombia)
- Carolina Ceas y Francy Pavie (Chile)
quienes guiaron el proceso en sus respectivos países.
Casaleo: 5 años creando experiencias:
Desde hace cinco años, Casaleo trabaja para que niños y niñas vean la lectura y la escritura como algo divertido y transformador. Puedes seguir el proyecto en Facebook: Casaleo.
Una carta puede cruzar fronteras… y unir corazones.