En uno de los ecosistemas más sensibles de Cundinamarca, donde nacen cuerpos de agua y habitan especies amenazadas como el tigrillo lanudo, está a punto de levantarse una mansión de 1.500 metros cuadrados. Se trata de un proyecto impulsado por el constructor Marcos Barón, en un predio que hace parte del condominio Encenillos de Sindamanoy, ubicado en la reserva forestal de los cerros orientales de Chía.
Aunque la licencia de construcción fue aprobada en primera instancia por la Alcaldía del municipio, la decisión ha provocado una fuerte reacción de la comunidad y sectores ambientalistas, quienes denuncian un posible daño irreversible al ecosistema y una presunta violación a sentencias judiciales vigentes. Esta información fue recopilada por el medio de comunicación CAMBIO en una investigación de campo en la zona.
¿Por qué es un tema ambientalmente sensible la construcción?
La zona donde se planea la mansión está a 2.900 metros sobre el nivel del mar, en un bosque de niebla con vegetación nativa, fuentes hídricas y una rica biodiversidad. Allí se han identificado 73 especies de mamíferos, entre ellos algunos en peligro como el tigrillo lanudo. Según denuncias de los residentes, ya se habrían realizado talas, movimientos de tierra con maquinaria amarilla y cerramientos que podrían afectar el paso de la fauna.
Una visita técnica de la CAR (Corporación Autónoma Regional) confirmó la tala de 119 árboles y poda inadecuada de otros 44. Aunque la entidad inició un proceso sancionatorio el 23 de mayo de 2024, este aún no concluye.
El origen del predio y su bajo costo
El predio en cuestión forma parte de una etapa no desarrollada del condominio Encenillos de Sindamanoy, un proyecto iniciado hace dos décadas por el fallecido constructor Pedro Gómez. Aunque se planearon más de mil viviendas, solo se construyeron 364. Las demás etapas quedaron abandonadas por problemas financieros, y fueron entregadas en pago a bancos, entre ellos Bancolombia.
En 2023, Bancolombia vendió el lote de más de 58.000 metros cuadrados por apenas 440 millones de pesos, lo que representa un valor de 7.586 pesos por metro cuadrado, muy por debajo del promedio del condominio, que supera 1.700.000 por metro cuadrado. Esto ha sido calificado como «absurdo» por la comunidad.
Sentencias judiciales que prohíben construir:
En 2015, un juzgado de Zipaquirá declaró nula la posibilidad de construir viviendas en zonas de reserva y bosque protector, decisión que fue ratificada por el Tribunal de Cundinamarca en 2019. A pesar de ello, la Alcaldía de Chía otorgó en 2016 una licencia general para continuar las etapas pendientes del proyecto.
El actual alcalde Leonardo Donoso, quien también ocupaba el cargo en ese momento, defiende la actuación de la administración alegando que «no se pueden negar licencias si se cumplen las normas» y que existen derechos adquiridos.
Inquietudes por el cerramiento del predio:
Otro punto de tensión es la licencia de cerramiento otorgada al nuevo propietario. Según denuncias de concejales y vecinos, la estructura no permite el libre paso de la fauna y no tiene antecedentes dentro del conjunto. La CAR recomendó sustituir partes del cerramiento por una más adecuada.
Además, la valla informativa sobre la licencia se colocó de forma oculta entre arbustos, lo que ha despertado inquietudes sobre la transparencia del proceso y el cumplimiento de los requisitos de notificación a la comunidad.
Lo que está en juego:
Para los opositores del proyecto, la construcción de esta primera mansión puede sentar un precedente que reactive las 700 viviendas restantes del fracasado proyecto original. El alcalde insiste en que solo se permitirá una construcción por lote y que no se trata de una nueva urbanización masiva.
La comunidad ha anunciado que agotará todos los recursos legales y administrativos para frenar el proyecto. Afirman que la defensa de este ecosistema no es un capricho: es una obligación frente al patrimonio ambiental del país.
En uno de los ecosistemas más sensibles de Cundinamarca, donde nacen cuerpos de agua y habitan especies
amenazadas como el tigrillo lanudo, está a punto de
levantarse una mansión de 1.500 metros cuadrados.
Fuente: Investigación realizada por CAMBIO.