Una denuncia de los habitantes de la vereda San Jorge, en Zipaquirá, permitió detener una actividad porcícola que estaba generando vertimientos directos al suelo sin ningún tipo de tratamiento ni autorización ambiental.
La actuación se produjo luego de que la autoridad regional realizara una visita técnica en el predio señalado.
Inspección revela manejo inadecuado de residuos
En el sitio se encontró una infraestructura destinada a la gestación, cría y preparación de cerca de mil marranos para su comercialización. Aunque la operación estaba montada para cumplir con el ciclo productivo, los residuos sólidos y líquidos generados no tenían un sistema de tratamiento y eran arrojados a un terreno de aproximadamente siete fanegadas.
El equipo técnico de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), verificó además que el lugar contaba con una zona de compostaje que procesa alrededor de 100 bultos de abono cada tres meses. Sin embargo, este manejo resultaba insuficiente frente al volumen de porcinaza líquida y las aguas provenientes del lavado de las jaulas, que también estaban siendo descargadas directamente en el suelo.
“La disposición inadecuada de estos residuos incrementa los riesgos de afectación al suelo y a las fuentes hídricas cercanas”, señaló Natalia Daza Cuervo, directora operativa de la Regional Sabana Centro de la CAR Cundinamarca.
Suspensión inmediata y evaluación de impactos
Tras confirmar que el predio no tenía permiso de vertimientos, se impuso una medida preventiva de suspensión inmediata de las actividades mientras se adelanta la evaluación de los impactos identificados. El proceso administrativo continuará para determinar sanciones y obligaciones de restauración según corresponda.
La situación evidenció la importancia de las denuncias hechas por la comunidad rural, que permiten activar controles y proteger los ecosistemas frente a prácticas que generan afectaciones ambientales acumulativas.

El predio fue suspendido mientras se evalúa el impacto y se definen sanciones.












