La decisión del alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán Pachón, de endurecer las reglas del pico y placa terminó encendiendo un debate que ya escala a nivel regional. El anuncio de restringir dos sábados al mes a los vehículos matriculados fuera de la capital y elevar la tarifa del permiso solidario del 20% al 50% cayó como un balde de agua fría en Cundinamarca, donde varios mandatarios consideran que la medida afecta directamente a quienes dependen de la movilidad hacia Bogotá.
Gobernación advierte que la medida “suena discriminatoria”
A la presión se sumó el gobernador Jorge Emilio Rey Ángel, quien aseguró que el anuncio lo tomó por sorpresa y que no hubo ninguna instancia de concertación. Señaló que el Distrito pasó por alto el deber de construir soluciones conjuntas y enfatizó que las decisiones que afectan la movilidad regional deben discutirse antes de ejecutarse.
Rey Ángel fue directo: la medida “suena discriminatoria” y desconoce la interdependencia entre Bogotá y los municipios que la rodean. “Si la capital enfrenta dificultades, lo sensato es sentarse a dialogar, no imponer medidas sin escuchar a los demás”, manifestó.
Soacha responde: “No aceptamos decisiones unilaterales”
El primer golpe llegó desde Soacha. Su alcalde, Julián Sánchez ‘Perico’, cuestionó abiertamente a la administración distrital por no consultar un cambio que impacta a miles de habitantes del municipio.
En su crítica, comparó la decisión con un escenario que calificó de absurdo: “Sería como que en Soacha decidiéramos poner restricciones solo a los carros matriculados en Bogotá”.
El mandatario municipal exigió al Distrito revisar la medida, calificándola como un acto que pasa por encima de la corresponsabilidad entre territorios con vínculos económicos, laborales y sociales permanentes.
Crece el inconformismo: Cundinamarca pide frenar la medida
El malestar se expande. Mandatarios locales piden que Bogotá replantee o reverse la estrategia antes de que la tensión escale y otros municipios consideren adoptar medidas similares en respuesta. La posibilidad de una ruptura en la coordinación regional de movilidad preocupa a múltiples sectores.
Por ahora, todo indica que la controversia apenas comienza. Mientras la Alcaldía de Bogotá defiende su decisión, Cundinamarca exige diálogo, equilibrio y respeto por los territorios que, aunque no son parte de la capital, sostienen gran parte de su dinámica diaria. El debate está lejos de enfriarse.
El gobernador pidió suspender la medida y abrir una mesa urgente con los municipios del corredor
Bogotá–Cundinamarca.












