A la altura del kilómetro 46 de la vía que conecta Bogotá con Villavicencio, en la zona conocida como la quebrada Estaquecá, se adelanta una serie de intervenciones urgentes para evitar que se repita una tragedia como la vivida semanas atrás, cuando un potente deslave paralizó este corredor estratégico y dejó en evidencia la vulnerabilidad geológica del terreno.
La gran apuesta para frenar emergencias
La obra principal en ejecución es la construcción de un jarillón de contención, cuya función es encauzar la quebrada Estaquecá y prevenir un posible represamiento de las aguas del río Rionegro, un fenómeno que en esta región puede convertirse en una amenaza mortal no solo para las comunidades aledañas, sino para los miles de conductores que a diario transitan por este importante eje vial del oriente colombiano.
Las intervenciones, que avanzan contra el tiempo, están a cargo del Instituto Nacional de Vías (Invías) y la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI). Según las autoridades, el objetivo es garantizar la movilidad continua, segura y sostenible entre los departamentos de Cundinamarca y Meta, en una zona que históricamente ha sido golpeada por deslizamientos, lluvias extremas y fallas geológicas.
Una carretera estratégica para el comercio y el turismo
La vía Bogotá–Villavicencio es una arteria vital para el comercio, el turismo y la conexión entre la capital del país y el oriente colombiano. Se estima que por esta ruta circulan diariamente más de 10.000 vehículos, muchos de ellos con carga pesada. Por ello, cualquier cierre, así sea temporal, tiene un impacto directo en la economía regional y nacional.
Las obras de mitigación también incluyen el monitoreo constante del comportamiento hídrico y geológico de la zona, así como el reforzamiento de estructuras de drenaje y taludes en puntos críticos. Todo esto como parte de una estrategia integral que busca no solo remediar el daño causado por el deslave anterior, sino prevenir futuras emergencias que puedan poner en riesgo vidas humanas y frenar el desarrollo de la región.
Protección a la vida como prioridad
“Este no es solo un trabajo de ingeniería, es una medida de protección a la vida. Sabemos que cada minuto cuenta, y por eso se trabaja sin descanso para asegurar que esta vía no vuelva a ser escenario de una emergencia”, afirmó uno de los ingenieros del proyecto durante una visita técnica a la zona afectada.
El jarillón busca encauzar la quebrada Estaquecá
y evitar el represamiento del río Rionegro.