El comienzo de diciembre en Cundinamarca prendió las alarmas institucionales. La Delegación Departamental de Bomberos, bajo la dirección del capitán Álvaro Eduardo Farfán Vargas, confirmó el primer caso, reportado, de un lesionado por pólvora en la temporada 2025-2026, un registro que suele anticipar un aumento progresivo de incidentes durante el mes.
Menor de 15 años resultó herido en Fusagasugá
El caso ocurrió en Fusagasugá y afectó a un menor de 15 años, quien, según los reportes preliminares, manipuló un artefacto pirotécnico que terminó detonando. Aunque se ha establecido que el joven sufrió lesiones por el estallido, las autoridades aún no han precisado las circunstancias, la gravedad de las heridas ni su condición actual, a la espera de los informes médicos oficiales.
La confirmación fue realizada por el Centro Regulador de Urgencias de Cundinamarca (CRUE), entidad que consolidó la información correspondiente al corte del 2 de diciembre de 2025. Este primer caso marca el inicio de los seguimientos sistemáticos que realizan Bomberos, las secretarías de salud y los organismos de gestión del riesgo en el departamento para monitorear comportamientos asociados al uso irregular de pólvora.
Llamado a la prevención en temporada decembrina
Más allá del registro estadístico, el reporte reactiva las advertencias dirigidas a familias y cuidadores. Bomberos Departamental recordó que la manipulación de pólvora por parte de menores continúa siendo uno de los factores más frecuentes en este tipo de incidentes.
Por ello, reiteró la importancia de adoptar medidas estrictas de autocuidado, evitar el uso doméstico de artefactos pirotécnicos y denunciar cualquier práctica que ponga en riesgo a la población, en especial a niños, niñas y adolescentes.
Autoridades insisten en reforzar el autocuidado
Con la temporada decembrina en marcha, las autoridades mantienen un llamado permanente a la prevención, subrayando que cada lesión representa no solo una emergencia médica, sino una afectación que impacta a familias y comunidades enteras.
La manipulación de pólvora por parte de menores sigue siendo un riesgo recurrente.













