Un inusual registro de fauna silvestre sorprendió recientemente en Colombia: el fotógrafo de naturaleza Juan Camilo Quintero logró captar en video al Barbudito Paramuno (Oxypogon guerinii), un colibrí andino que rara vez se deja ver. La publicación rápidamente se viralizó en redes sociales, donde cientos de observadores de aves celebraron la aparición de este ejemplar único.
El Barbudito Paramuno, también conocido como Colibrí Chivito, es endémico de Colombia, lo que significa que no habita en ningún otro país. Su hábitat natural se restringe a los páramos de la Cordillera Oriental, ecosistemas donde predominan los frailejones, plantas de las que obtiene buena parte de su alimento.
De acuerdo con especialistas, su dieta se basa en néctar y pequeños insectos, lo que lo convierte en un polinizador esencial para la biodiversidad de alta montaña. Además, su distintiva barba de plumas y su plumaje de tonos brillantes lo han catalogado como uno de los colibríes más singulares de Sudamérica.
¿Por qué es tan difícil observar al Barbudito Paramuno?
Avistar a este colibrí es un reto que pocos logran. Sus territorios de alta montaña presentan condiciones extremas: frío intenso, humedad constante y neblina persistente. Estas variables hacen que su observación y registro fotográfico sean poco comunes.
El propio Quintero relató que capturar al ave fue un desafío, pero que incluso el mal clima jugó a su favor. Pasar horas en espera del instante preciso permitió que el breve encuentro reflejara la esencia del colibrí.
El registro tuvo lugar en la Cordillera Oriental, una región que guarda estrecha relación con la riqueza hídrica y la vida silvestre de Colombia.
¿Qué importancia tiene la conservación del Barbudito Paramuno?
Más allá del entusiasmo que despertó en redes sociales, este hallazgo resalta la urgencia de proteger los ecosistemas de páramo, vitales no solo para especies endémicas como el Barbudito Paramuno, sino también para la regulación del agua en amplias zonas del país.
Expertos advierten que la expansión agrícola, la minería y los efectos del cambio climático son amenazas crecientes para estos ecosistemas.
En este sentido, cada registro de fauna silvestre aporta a la investigación y al monitoreo de la biodiversidad,
además de generar conciencia ciudadana sobre la
necesidad de conservarla.