Una grave afectación a la naturaleza encendió las alarmas de ambientalistas, luego de que se descubriera una captación ilegal de agua en el nacimiento conocido como Calderita, ubicado en la vereda Quebrada Honda del municipio de Cogua. El hecho, calificado como un atentado contra un ecosistema de alto valor, derivó en una sanción que hoy marca un precedente en la región.
Tras una exhaustiva evaluación técnica y jurídica, la Dirección Regional Sabana Centro de la CAR impuso al responsable una multa de $1.884.145, además de tener que sembrar 50 árboles nativos en la zona impactada. La medida, aunque ejemplar, ha generado indignación entre Defensores ecológicos y habitantes del territorio, quienes exigen penas más severas por este tipo de delitos contra el agua.
“Estas actuaciones quedarán registradas como antecedente. Si se repiten hechos similares, aplicaremos sanciones más drásticas y decomisaremos los equipos usados para la infracción”, advirtió Bryan Guillermo Martínez González, director regional CAR.
Además, el infractor deberá garantizar que al menos el 90% de los árboles plantados sobrevivan, ya que estos actuarán como barrera viva para proteger la ronda hídrica afectada por la captación no autorizada.
Este nuevo caso se suma a una serie de agresiones ambientales que han venido ocurriendo en zonas rurales de Cundinamarca, donde los recursos naturales son explotados sin permisos ni conciencia ecológica. Ningún uso del agua puede hacerse sin los debidos permisos, licencias y autorizaciones ambientales, y quienes lo hagan estarán sujetos a severas sanciones y medidas preventivas.
“No podemos seguir permitiendo que las fuentes de vida sean saqueadas impunemente. Hoy es Calderita, mañana puede ser cualquier nacimiento. El agua no se negocia, se protege”, concluyó un vocero ambiental de la zona.
Ambientalistas advierten que este caso podría ser solo la punta del iceberg de una crisis ecológica silenciosa.