El laboratorio de papas nativas: Amar la tierra

Desde hace unos cuantos años María del Pila Márquez, docente del Departamento de Biología de la Universidad Pontificia Javeriana, y sus colegas, Adriana Sáenz y Wilson Terán, han liderado un proyecto orientado a la búsqueda de rescate de las variedades de papa nativas que a través de los años se han dejado de producir en grandes cantidades; esto debido a que diferentes clases de papa como la criolla, la patusa y la sabanera dominan el mercado.

Este proceso se basa en una orientación que logren producir semillas de mejor calidad, para ello se retiran los meristemos de las plantas de papa y se hace una desinfección adecuada para luego proceder con la propagación que se basa en cultivarlas dentro de frascos de vidrio; de esta manera se deshacen de enfermedades y plagas que suelen afectar a los cultivos.

El laboratorio de Cundinamarca es administrado por dos mujeres campesinas que siempre han vivido en estos terrenos, Marcela Pinilla y Diana Rincón, quienes día a día han venido instruyéndose con respecto a la biotecnología y ya son expertas del manejo de estas semillas nativas.

“En el altiplano cundiboyacense hay más de 27 variedades nativas” con esa frase empieza el video que le da paso a la experiencia de este espacio en las diferentes profesiones. Mariana Silva, campesina de Carmen de Carupa, comenta que ya no se cultiva papa debido a los costos elevados y las ganancias no se ven.

Frente a esto, Marcela Pinilla, una de las líderes de este laboratorio afirma que precisamente la finalidad del proyecto es que la gente conozca todas las variedades de papa nativa que hay en la región y que no se pierdan las maravillas que nos presenta nuestra riqueza.

La intención de todo este proceso y lo que los organizadores buscan es que e comprenda y se tenga en cuenta la variedad de productos que están en nuestra tierra, proteger insumos y compartir conocimientos.

Foto portada: Screenshot video del Laboratorio de papas nativas.