De hambre y presunta indiferencia, muere una perrita en Nemocón

Ayer domingo 21 de noviembre, mientras rescatistas de los municipios de Zipaquirá, Cogua y Cajicá se unieron para realizar una jornada de bienestar animal en Nemocón, una perrita en estado de calle murió de hambre; pese de que la intención de los rescatistas era sacarla de las calles.

La historia de esta canina que despertó intranquilidad a los animalistas que realizaron la jornada de bienestar animal, inició en días pasados cuando los rescatistas se trasladaron hacia el barrio Patio Bonito en Nemocón para alimentar a los animales en estado de abandono.

Allí, en una de estas jornadas donde se encargaban de nutrir e hidratar a estos seres de cuatro patas, estaba allí “Saquito de huesos”, como la llamaron tras su lamentable apariencia, con su piel sumiéndose entre sus huesos y con una aparente tristeza a raíz de su abandono y de su lamentable estado.

Este día, no solo se conoció la triste historia de “Saquito de huesos”, sino de otros perritos que de rincón tras rincón se podía evidenciar su abandono y presunto maltrato.

Con el propósito de auxiliar y alimentar a estos animales, animalistas que ya son conocidos por su labor en Zipaquirá, nuevamente unieron esfuerzos con rescatistas de los municipios vecinos para desarrollar otra jornada de bienestar animal donde no solo llevaron alimento, sino charlas para la tenencia responsable de mascotas y actividades de desparasitación.

En el desarrollo de la jornada, los rescatistas lograron hallar nuevamente a la perrita que los dejó intranquilos por una semana, alcanzaron a alimentarla y minutos después, la pequeña falleció; no resistió la apatía, ni el hambre.

Como consecuencia, en medio de la tristeza y el dolor, la animalista Leidy Gómez Acosta pide responsabilidad y empatía al alcalde de Nemocón, Julián Rodríguez, pues según los animalistas, el alcalde no ha actuado frente al presunto abandono y maltrato que se vive en su municipio.

Por otro lado, los rescatistas lograron salvar a otra perrita que se encontraba en las mismas condiciones que la canina fallecida, con su piel pegada a sus huesos y buscando que alguien la ayudara.