Mientras avanza la temporada decembrina y se intensifican las alertas por los efectos de la pólvora en personas y animales, el Congreso de la República abrió un nuevo capítulo en la discusión sobre el uso de la pirotecnia en Colombia.
En primer debate fue aprobado el proyecto de ley “Cielos en Calma”, una iniciativa que busca replantear la manera en que el país celebra, incorporando tecnologías de bajo impacto sonoro y reglas más estrictas para reducir riesgos sociales y ambientales.
Las consecuencias del ruido extremo sobre la fauna
La propuesta surge en un contexto marcado por reiteradas emergencias asociadas al ruido extremo. En regiones como Antioquia, especialmente en el Valle de Aburrá, las detonaciones ya han provocado consecuencias graves: en menos de 48 horas se reportó la muerte de tres animales por episodios de estrés severo, desorientación y colapso físico.
Casos similares se repiten cada diciembre, con aves que caen de sus nidos, mamíferos silvestres atropellados y animales domésticos afectados por el sobresalto constante.
Quiénes impulsan el proyecto y cuál es su propósito
Es en medio de ese panorama que los senadores Andrés Felipe Guerra Hoyos (Centro Democrático) y Andrea Padilla Villarraga (Alianza Verde) impulsaron la iniciativa legislativa, aprobada este miércoles 10 de diciembre en comisión.
Según los promotores del proyecto, el propósito central es reducir los impactos negativos del ruido, proteger la vida humana y atender una problemática ambiental que se repite año tras año sin una regulación eficaz.
El articulado propone medidas concretas. Entre ellas, la prohibición de destinar recursos públicos para la compra de pólvora, una práctica habitual en celebraciones institucionales y municipales. Además, plantea restricciones a las tradicionales alboradas mediante la definición de perímetros controlados, con el fin de disminuir las afectaciones a la ciudadanía y a la fauna urbana y silvestre.
Uno de los puntos más relevantes del proyecto es la regulación del ruido. La iniciativa fija límites estrictos a los decibeles permitidos y establece fechas, horarios y duraciones precisas para cualquier espectáculo que incluya pirotecnia, buscando reducir el impacto acumulativo que estos eventos generan en el ambiente y en los animales más sensibles al sonido.
Celebraciones, transición y llamado al diálogo legislativo
Para la senadora Padilla Villarraga, el enfoque del proyecto trasciende cualquier discusión comercial. “Se trata de proteger la vida de las personas, de los animales domésticos y silvestres, y de la naturaleza”, señaló durante el debate.
La congresista recordó que intentos anteriores de regulación no prosperaron por presiones externas y reiteró que el compromiso es insistir hasta lograr un marco normativo efectivo. “Aquí no se está defendiendo el negocio de unos pocos, se está defendiendo la vida en todas sus expresiones”, afirmó.
La senadora también fue enfática en aclarar que la iniciativa no pretende eliminar las celebraciones ni desconocer las tradiciones culturales. Por el contrario, plantea una transición hacia prácticas más responsables. “No buscamos una prohibición total, sino reglas básicas que reduzcan riesgos y permitan que el sector se adapte y evolucione”, explicó, al señalar que la tecnología ofrece alternativas menos invasivas y más seguras.
Respaldo mayoritario de la comisión
El proyecto recibió un respaldo mayoritario en la comisión, aunque no estuvo exento de llamados al diálogo. Algunos legisladores pidieron abrir espacios de concertación antes de su discusión en plenaria. El senador Didier Lobo Chinchilla (Cambio Radical) anunció su voto favorable condicionado a la realización de una mesa de trabajo que permita recoger observaciones de distintos sectores. “Es importante avanzar, pero también escuchar y definir un periodo de transición responsable”, sostuvo.
La urgencia del debate se refleja en los reportes de las autoridades ambientales. El Parque de la Conservación, que alberga cerca de 500 animales, informó recientemente nuevos episodios de afectación asociados al ruido de la pólvora. Cada año, entidades ambientales insisten en las advertencias, pero las cifras de animales heridos o muertos continúan aumentando, evidenciando la necesidad de una regulación más estricta.
Con el avance del proyecto “Cielos en Calma”, el Congreso abre la puerta a una discusión de fondo sobre la forma en que el país celebra y sobre la responsabilidad colectiva frente al bienestar de las personas, los animales y el entorno. El trámite legislativo apenas comienza, pero el debate ya pone en el centro una pregunta que se repite cada diciembre: hasta dónde llegan las tradiciones cuando sus efectos generan daño evitable.
Busca reducir los efectos del ruido extremo sobre animales domésticos, fauna silvestre y comunidades urbanas.
