Un camión no necesita tocar a un ciclista para hacerlo caer. Esa fue la advertencia central que hizo el Ministerio de Transporte durante una jornada de seguridad vial realizada en la variante Cajicá–Zipaquirá, uno de los corredores con mayor circulación de vehículos de carga en Cundinamarca. La explicación técnica apunta a un fenómeno poco conocido por la mayoría de actores viales: la turbulencia que generan los vehículos de gran tamaño cuando circulan a alta velocidad.
La ministra de Transporte, María Fernanda Rojas, encabezó la intervención pedagógica en plena temporada de alto flujo vehicular y reiteró que reducir la velocidad y respetar la distancia lateral mínima puede marcar la diferencia entre un viaje seguro y una tragedia. El mensaje fue directo: un metro y medio no es una cortesía, es una distancia de vida.

¿Por qué un camión puede hacer caer a un ciclista sin tocarlo?
Cuando un vehículo de carga se desplaza a alta velocidad, genera una corriente de aire que puede desestabilizar a un ciclista que circula cerca. Este efecto aerodinámico puede empujarlo o incluso “succionarlo” hacia el vehículo, aumentando el riesgo de caída o de ser arrastrado hacia las ruedas, aun sin que exista contacto físico.
A este riesgo se suman los puntos ciegos propios de los camiones, zonas alrededor del vehículo que el conductor no puede ver desde la cabina. Para evidenciar este problema, el Ministerio de Transporte viene desarrollando jornadas de capacitación en las que los ciclistas pueden subir a los camiones y comprobar qué espacios quedan fuera del campo visual del conductor. La consigna es clara: si usted no ve los espejos del camión, el conductor tampoco puede verlo.

El llamado no fue solo para los conductores. Desde el Ministerio se reiteró la importancia de que los ciclistas ocupen el carril de forma segura y visible, mientras que los vehículos de carga deben evitar giros cerrados o maniobras bruscas, especialmente en intersecciones donde los puntos ciegos son más críticos.

El objetivo, según se recalcó durante la jornada, es que la movilidad no se convierta en un riesgo para la vida.














