En Cajicá no hay silencio de museo ni pasillos solemnes. Lo que se escucha es el eco de las risas, las conversaciones y los colores que se mezclan. La exposición “Encuentros Pedagógicos: Artes Plásticas y Artes y Oficios – Entre el Hacer y el Saber” no nació en un taller de artistas, sino en las manos de campesinos, jóvenes, abuelas y soñadores que decidieron hacer del arte un lenguaje cotidiano.
Abierta hasta el 1 de noviembre, esta muestra —impulsada por la Alcaldía de Cajicá, el Instituto Municipal de Cultura y Turismo (IMCT) y el IDECUT— convierte al municipio en una galería viva donde las obras cuentan historias y los visitantes se vuelven parte del relato.
El arte que no se cuelga, se comparte
Más que una exposición, “Entre el Hacer y el Saber” es una aventura colectiva.
Durante varios meses, 42 municipios de Cundinamarca unieron talento, saberes y creatividad en un proceso que se tejió entre veredas, talleres y aulas improvisadas. Hubo 63 visitas de acompañamiento “in situ”, donde artistas con experiencia caminaron los territorios, observaron, guiaron, aprendieron y también se dejaron enseñar.
Lo que hoy se exhibe no son obras perfectas: son rastros del proceso, huellas del aprendizaje. Bocetos, trazos, manchas y materiales reciclados se convierten en un testimonio vivo de cómo el arte puede nacer de la tierra, de la palabra y del encuentro.
Una exposición con alma y con voz
Aquí, las obras no se miran en silencio. Cada una de ellas habla, murmura o recuerda algo del territorio que la vio nacer.
- El recorrido pedagógico: donde niños, jóvenes, adultos mayores y personas con discapacidad se reconocen como creadores.
- La memoria viva: piezas que huelen a campo, suenan a agua y reflejan las 13 provincias de Cundinamarca.
- Las manos que transforman: el gesto que convierte la madera, el barro o el hilo en símbolos de identidad y aprendizaje.
No es una exposición para admirar, sino para sentir, tocar y escuchar. Un viaje sensorial que mezcla arte, educación y territorio con un mismo propósito: construir comunidad desde la belleza de lo sencillo.
200 obras, mil historias
Cada una de las 200 piezas es un relato en sí misma. Hay paisajes que parecen respirar, esculturas hechas con herramientas del campo, tejidos que guardan secretos de familia y pinturas que nacieron de un taller improvisado en una escuela rural.
Cada artista —sin importar su edad o experiencia— deja una marca de autenticidad. No hay nombres famosos ni precios millonarios, pero sí una riqueza incalculable: la del aprendizaje compartido.
Cajicá, punto de encuentro del arte que enseña
Todos los habitantes de la región, visitantes y amantes del arte están invitados a sumergirse en esta experiencia gratuita y diferente. Porque “Entre el Hacer y el Saber” no se recorre, se vive.
Aquí el arte no está en los muros, sino en las historias que laten detrás de cada obra, en los ojos que observan y en las manos que crean.
Cada pieza guarda el eco del territorio, la memoria
y los saberes compartidos.















