León XIV permite el regreso de la Misa tridentina en San Pedro y desata debate mundial en la Iglesia

El cardenal Raymond Burke oficiará la liturgia en latín el 25 de octubre, en plena peregrinación Ad Petri Sedem y en coincidencia con el Jubileo 2025.

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Imagen de referencia. Sacerdote de espaldas a la feligresía.
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A pocos meses de iniciado el pontificado de León XIV, una decisión suya ha encendido un intenso debate dentro y fuera de Roma: el regreso de la Misa tridentina al altar central de la basílica de San Pedro. El 25 de octubre, en el marco de la peregrinación Ad Petri Sedem, organizada por la asociación Popolo Summorum Pontificum, la liturgia en latín volverá a celebrarse después de tres años de ausencia.

El permiso llega tras las restricciones impuestas en 2021 por el Papa Francisco mediante el motu proprio Traditionis Custodes, que limitó fuertemente las celebraciones del rito antiguo. Ahora, León XIV abre una puerta inesperada para quienes defienden la liturgia previa al Concilio Vaticano II, lo que muchos consideran un giro que marcará la relación del Vaticano con los sectores más tradicionales.

Un altar con el rito antiguo

La ceremonia tendrá como celebrante al cardenal estadounidense Raymond Leo Burke, de 80 años, conocido por su oposición pública a las reformas de Francisco. Su figura le da un valor simbólico a la celebración, ya que se ha convertido en referente de los grupos más conservadores de la Iglesia.

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Cardenal Raymond Leo Burke. Foto tomada de sus redes sociales.

La Misa tridentina, también llamada Misa en latín o Forma Extraordinaria del Rito Romano, fue codificada en 1570 por el Papa Pío V tras el Concilio de Trento y se mantuvo como rito universal hasta la reforma litúrgica de 1969. Su característica principal es la celebración en latín y la orientación del sacerdote ad orientem, es decir, de espaldas a los fieles.

Para movimientos como la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X y comunidades afines, este regreso es un logro que reivindica años de persistencia en defensa de la liturgia tradicional y de su práctica sin restricciones.

A la Misa tridentina muchos le dicen la “misa prohibida” porque, aunque sigue siendo válida en la Iglesia Católica, el papa Francisco limitó en 2021 su celebración con normas más estrictas: solo se puede oficiar con autorización del obispo y en lugares específicos. Esta decisión restringió la libertad que había otorgado Benedicto XVI en 2007, y por eso muchos fieles sienten que fue prácticamente vetada, adoptando ese nombre simbólico.

Agenda de la peregrinación

La peregrinación Ad Petri Sedem comenzará el 24 de octubre con las Vísperas Pontificias en la basílica de San Lorenzo in Lucina, presididas por el cardenal Matteo Maria Zuppi, considerado cercano al Papa Francisco y líder de una corriente pastoral más progresista.

Al día siguiente, el 25 de octubre, la procesión saldrá de la basílica de los Santos Celso y Giuliano al mediodía y culminará en San Pedro, donde Burke oficiará la Misa tridentina en el Altar de la Catedral. La coincidencia con el Jubileo del Año Santo 2025 incrementa la atención mundial y amplifica la repercusión de la decisión.

Un trasfondo político y espiritual

La medida revive rumores de los días previos a la elección de León XIV. Se habló entonces de un encuentro en la Casa Santa Marta entre Robert Francis Prevost Martínez —nombre secular del Papa actual— y el cardenal Burke. Según versiones, ese acercamiento habría impulsado apoyos decisivos en el cónclave que lo eligió y explicaría la sintonía que ahora se refleja en esta autorización.

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Papa León XIV. Tomada de https://depositphotos.com/es/home.html

El 22 de agosto, el Papa León XIV recibió a Burke en audiencia privada, poco después de enviarle una carta de felicitación por sus 50 años de ordenación sacerdotal. Fuentes cercanas indican que en ese encuentro el pontífice adelantó su disposición de permitir nuevamente la Misa tridentina en San Pedro.

El portal especializado Rorate Caeli calificó la autorización como un “signo de mayor apertura” hacia los sectores tradicionalistas, alimentando aún más el debate global sobre el futuro de la liturgia católica.

Una decisión que reaviva tensiones

El regreso de la Misa tridentina no solo es un gesto hacia los fieles que defienden el rito antiguo, sino también un nuevo capítulo en la pugna entre progresistas y conservadores dentro de la Iglesia. Mientras unos celebran la apertura de León XIV, otros temen que esta medida profundice divisiones internas en un momento en que el Vaticano busca proyectar unidad ante el mundo.

La Eucaristía del 25 de octubre será, sin duda, una cita que marcará la agenda religiosa internacional y que pondrá a prueba la capacidad del Papa León XIV para gobernar entre la tradición y la renovación.

La llamada ‘Misa prohibida’ que aún atrae fieles en todo el mundo

La Misa Tridentina es el nombre común con el que se conoce a la Misa según el Misal Romano de 1962, última edición del misal promulgado tras el Concilio de Trento (1545-1563) y codificado por el papa san Pío V en 1570. Se celebra íntegramente en latín (excepto la homilía) y sigue una estructura y ritos muy solemnes, con fuerte énfasis en el silencio, la adoración y el carácter sacrificial de la Eucaristía.

La Misa tridentina recibe en algunos sectores el nombre de “Misa prohibida” porque, como se había anotado antes, aunque no fue abolida, el papa Francisco en 2021 limitó de manera estricta su celebración con el motu proprio Traditionis custodes.

Características principales de la Misa tridentina:

  • El sacerdote celebra de cara al altar (ad orientem), no hacia el pueblo.
  • El uso del latín es obligatorio.
  • Incluye ritos de preparación en silencio, con oraciones al pie del altar.
  • Gran solemnidad en gestos, inclinaciones y genuflexiones.
  • La comunión se recibe de rodillas y en la boca.
  • La música propia es el canto gregoriano o la polifonía sacra.

Contexto histórico:

  • Tras el Concilio de Trento, el papa san Pío V estandarizó la liturgia romana para dar unidad a la Iglesia frente a la Reforma Protestante.
  • Esta forma se mantuvo prácticamente intacta hasta 1969, cuando el papa san Pablo VI promulgó el Novus Ordo Missae (la misa actual, en lenguas vernáculas).
  • El papa Benedicto XVI, en 2007, permitió su celebración más amplia con el motu proprio Summorum Pontificum.
  • El papa Francisco, en 2021, restringió de nuevo su uso con el motu proprio Traditionis custodes, buscando que la liturgia reformada tras el Concilio Vaticano II sea la forma ordinaria de la misa.

En la actualidad:

  • Se sigue celebrando en varios lugares del mundo, especialmente en comunidades que se identifican con la llamada “forma extraordinaria” del rito romano.
  • Tiene fieles muy devotos que valoran la solemnidad, el silencio, el latín y la continuidad con la tradición litúrgica de siglos.

El cardenal Raymond Leo Burke, crítico de Francisco,
será el celebrante principal.