La Secretaria General de la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), Rebeca Grynspan, indicó que aunque se habla constantemente del sector tecnológico, no se puntualiza en las consecuencias negativas de este sector.
Impacto de la digitalización
En la actualidad, 5.400 millones de personas usan internet y se integran a la economía digital, siendo esta última caracterizada como un sector que ayuda a “reducir las emisiones de gases de efecto invernadero” en varios sectores. Sin embargo, según Naciones Unidas, la digitalización implica una alta demanda de recursos que “requiere grandes cantidades de electricidad”.
Por ejemplo, el consumo de energía del Bitcoin se multiplicó por 34 entre 2015 y 2020, lo que equivale al consumo anual de países como Bélgica o Finlandia.
Aí pues, mientras que la economía digital crece, también crece la presión sobre el medioambiente, puesto que los dispositivos digitales requieren grandes cantidades de materias primas, cuya producción causa el 80 % de las emisiones de gases de efecto invernadero.
El sector de las Tecnologías de la Información y la comunicación (TIC) emitió el 3.2 % de las emisiones globales de Gases de Efecto Invernadero en 2020.
Desechos electrónicos
Según la Organización Mundial de la Salud, los desechos eléctricos y electrónicos son los residuos sólidos que más aumentan en el mundo, debido al desecho constante y la obsolescencia apresurada de estos aparatos. Estos desechos pueden convertirse en una amenaza para el medioambiente y la salud humana si no se reciclan, eliminan o tratan correctamente.
Anualmente, millones de toneladas de estos residuos se “reciclan” con técnicas que no disminuyen el riesgo de salud para las poblaciones o para el medioambiente, permitiendo que sustancias químicas se liberen y contaminen entornos naturales. Entre las sustancias tóxicas presentes en los aparatos tecnológicos se encuentra el plomo.
Según datos de reciclaje electrónico de 2019, solamente una cuarta parte de los desechos se recicló oficialmente. Sin embargo, son los habitantes de los países de ingresos medios y bajos quienes están en riesgo al “reciclar” este tipo de materiales sin protección alguna.
Los vertederos de desechos electrónicos generan riesgos significativos, como problemas neonatales, de neurodesarrollo, aprendizaje, comportamiento, reducción de la capacidad pulmonar, respiratoria y desarrollo de asma.
Una problemática para el futuro
Aunque internacionalmente esta problemática se ha tratado en instrumentos colectivos, como el Tratado de Basilea que regula el movimiento transfronterizo de desechos peligrosos y su eliminación, esta regulación no aborda completamente el problema. Por lo tanto, desde el Programa de la ONU para el Medioambiente (PNUMA) se impulsa una respuesta adecuada a esta y otras problemáticas relacionadas, que agudizan la crisis planetaria del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y, en particular, la contaminación.
La directora ejecutiva del PNUMA subraya que “ahora es el momento de adelantarse para protegernos de los retos emergentes”, resaltando que, aunque la inteligencia artificial y la transformación digital aportan beneficios, también afectan el medioambiente al fomentar la demanda de minerales críticos, raros y grandes cantidades de recursos hídricos.
Los vertederos de desechos electrónicos generan riesgos significativos, como problemas neonatales, de neurodesarrollo, aprendizaje