María Corina Machado, figura central de la oposición venezolana, fue declarada ganadora del Premio Nobel de la Paz 2025, un reconocimiento que trasciende la política y se convierte en un mensaje global sobre la fuerza de la resistencia pacífica.
El Comité Nobel noruego resaltó la decisión destacando la “incansable labor” de Machado en la promoción de los derechos democráticos del pueblo venezolano y su lucha por una transición justa y pacífica del autoritarismo a la democracia.
Su nombre resonó entre los aplausos en la sede del Comité, donde su trayectoria fue descrita como la de una mujer “valiente y comprometida con la paz, que mantiene viva la llama de la democracia en medio de la oscuridad”, según palabras de Jørgen Watne Frydnes, presidente del Comité Noruego del Nobel.
Una vida dedicada a la resistencia cívica
En un país marcado por la persecución política, la censura y el exilio de miles de opositores, María Corina se convirtió en símbolo de una generación que se negó a callar. A lo largo de más de dos décadas ha enfrentado amenazas, inhabilitaciones y detenciones de sus aliados, pero también ha sabido canalizar la frustración colectiva en una causa civil y pacífica.
Su liderazgo no se forjó en los despachos, sino en las calles, en los barrios donde el hambre y la falta de oportunidades conviven con una esperanza obstinada. Machado ha recorrido Venezuela llevando un mensaje de reconciliación, justicia y dignidad, convencida de que la democracia no se impone por la fuerza, sino que se construye con la participación ciudadana.
El eco de un país que no se rinde
El Comité Nobel resaltó que Machado representa la esperanza de un futuro en el que se respeten los derechos fundamentales y se escuche la voz del pueblo venezolano. Su reconocimiento no solo honra su trayectoria personal, sino que pone en el centro del debate mundial la crisis política y humanitaria que atraviesa Venezuela desde hace años.
A juicio de analistas internacionales, el premio visibiliza la dimensión ética y humana de la lucha democrática en América Latina, un continente que aún enfrenta desafíos profundos en materia de derechos, transparencia y justicia social.
Machado ha sido capaz de unificar a una oposición antes fragmentada, que hoy comparte un objetivo común: conquistar mediante el voto y la presión cívica el derecho a elegir y ser elegidos libremente. Esa capacidad de inspirar unidad dentro de la diversidad fue uno de los méritos subrayados por el Comité.
Un mensaje que trasciende fronteras
El reconocimiento llega en un momento en que Venezuela sigue sumida en tensiones políticas, desigualdad y migración masiva.
Para millones de ciudadanos dentro y fuera del país, este premio representa la voz de una nación que se resiste al olvido y que, pese al dolor, sigue creyendo en la posibilidad de reconstruirse.
Desde Oslo hasta Caracas, el anuncio fue recibido con una mezcla de emoción, orgullo y esperanza. En redes sociales, líderes internacionales, activistas y ciudadanos celebraron el galardón como un homenaje a la persistencia de quienes defienden la libertad con la palabra y no con la violencia.
“María Corina Machado encarna la convicción de que la democracia es el camino hacia la paz”, expresó el Comité en su comunicado final. Y en esa frase parece resumirse no solo la trayectoria de una mujer, sino también la determinación de un pueblo que aún sueña con un país donde votar no sea un acto de fe, sino un ejercicio de derecho.
“María Corina Machado encarna la convicción de que la democracia es el camino hacia la paz”, expresó el Comité Nobel.