Las heladas, un fenómeno cíclico en la sabana cundiboyacense durante los períodos secos, están provocando inquietud en el sector agrícola de Cundinamarca a principios de 2024.
La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) ha emitido advertencias sobre el clima en las laderas del Río Bogotá y en municipios como Lenguanzaque, Fuquene, Nemocón y Ubaté, este último alcanzando temperaturas de 0 grados. No obstante, las heladas no se limitan a esta región, extendiéndose a departamentos como Boyacá, Nariño y Antioquia.
Según Felipe Pinilla, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Leche (Analac), las heladas afectan directamente a su sector al impactar negativamente en las pasturas, limitando su disponibilidad y calidad, esenciales para el bienestar y la producción de los animales.
Por su parte, Álvaro Palacio, presidente de Asohofrucol, resalta que las condiciones climáticas adversas, especialmente en la sabana de Bogotá, el valle de Ubaté y provincias del Sumapaz, Almeidas y Guavio, afectan productos hortifrutícolas como zanahorias, tomates de árbol, fresas, moras y cebollas cabezonas. Este impacto se traduce en pérdidas para los productores y disminución en la calidad de frutas y hortalizas, afectando tanto la oferta como los precios en el mercado.
Adicionalmente, se subraya que las heladas, acompañadas de días de sol intenso y temperaturas superiores a lo normal, complican aún más la situación para los productores, quienes se ven obligados a encontrar alternativas que conllevan costos adicionales.
En este escenario, el consumidor podría enfrentar precios más altos y una disminución en la oferta de productos afectados por la baja cosecha causada por las heladas.
Este impacto se traduce en pérdidas para los productores y disminución en la calidad.
Foto portada: Imagen de referencia.