La historia del ‘Monumento al Minero’ que conecta a Zipaquirá con el mundo

La Plazoleta del Minero, se encuentra a unos escasos metros de la Catedral de Sal de Zipaquirá, y, es un lugar compuesto por un semicírculo de 50 metros de radio donde se incluye un anfiteatro con capacidad para aproximadamente 3.000 personas, que incluye la taquilla, tiendas de artesanías, restaurantes de comidas típicas regionales, el Museo de la Salmuera, y, quizá lo más sorprendente del espacio, el ‘Monumento al Minero’.

Esta obra de arte elaborada con bronce a la cera perdida; un arma de hierro que se ancla al suelo y un pedestal que fue tallado en piedra caliza, es un homenaje a los mineros que tallaron las cúpulas y socavones de la Catedral de sal, diseñada por el maestro colombiano Alfredo Arújo Santoyo, quien expresó en su momento: “Extraño fue quedar envuelto en un equipo de historiadores y expertos de todas las áreas en la Casa de la Moneda en Bogotá, y, que yo haya tenido la osadía de contradecir a todo el mundo, cuando ellos insistían en una escultura religiosa para la Catedral, pero a mí se me ocurrió que debería ser un homenaje a quienes hicieron la Catedral de Sal”.

En consecuencia, tras doce meses entre maquetas, reuniones, propuestas y un par de discusiones constructivas, se requirió más de una tonelada y media de arcilla junta para moldear al minero sobre una estructura de hierro.

Por otro lado, el ingeniero Jorge Casteblanco, quien lideró todos los procesos en la Catedral de Sal, acerca de la escultura del minero, manifestó: “La experiencia del Minero me enseñó que una obra de arte puede convertirse en un símbolo para muchas personas, que puede ser el punto de unión de muchas ideologías y sentimientos de pertinencia para quienes se relacionan y conviven con ella. Siempre tendré con Zipaquirá, con la Catedral, el Parque y con todas las personas que hicieron posible esa maravilla nacional, una deuda de vida y una gratitud eterna”.