Colombia amplió su apuesta por integrar a la juventud en tareas de prevención y respuesta ante emergencias con la presentación del primer grupo de 60 jóvenes que prestarán su servicio militar en actividades de gestión del riesgo y acción climática.
Se trata de una nueva modalidad del Servicio Social para la Paz que articula formación, vocación y servicio comunitario, conectando a los participantes con las necesidades urgentes de sus territorios.
Una generación dispuesta a fortalecer las capacidades territoriales
Más de 400 jóvenes ya forman parte de esta primera generación, un contingente que continúa creciendo y que llega a zonas donde la vulnerabilidad demanda presencia técnica y acompañamiento directo.
Su participación apunta a mejorar las capacidades de respuesta local, impulsar la prevención y fortalecer los mecanismos institucionales frente a escenarios de riesgo, desde deslizamientos e inundaciones hasta impactos del cambio climático en zonas urbanas y rurales.
Al integrarse al programa, los jóvenes reciben formación práctica para intervenir en escenarios comunitarios, ofrecer acompañamiento pedagógico, promover la cultura del autocuidado y reforzar la articulación entre instituciones y ciudadanía.
Apoyo a entidades estratégicas y misiones de servicio comunitario
La labor de este primer grupo se desplegará en coordinación con entidades clave para la atención de emergencias y la protección ambiental. Entre ellas están la Cruz Roja Colombiana, la Defensa Civil, el Servicio Geológico Colombiano, Parques Nacionales Naturales, el IDIGER y la propia UNGRD.
Las misiones abarcan orientación a las comunidades sobre los protocolos del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (SNGRD), refuerzo a los sistemas de alerta temprana, prácticas de monitoreo comunitario, apoyo a la Gestión Integral del Riesgo Escolar y participación activa en procesos educativos del Museo MAGMA, un escenario especializado en divulgación científica sobre fenómenos naturales y desastres.
Presencia operativa en ciudades y municipios con retos prioritarios
El despliegue territorial es amplio: los jóvenes estarán presentes en ciudades como Bogotá, Medellín, Cali, Santa Marta, Sincelejo, Riohacha, Valledupar, Popayán y Cartagena. Su presencia también se extenderá a municipios estratégicos como Uribia (La Guajira), San Sebastián de Mariquita (Tolima), Tierralta (Córdoba), El Bagre (Antioquia), Ocaña (Norte de Santander), Funza (Cundinamarca), Puracé y Miranda (Cauca) y La Uribe (Meta).
Esta distribución garantiza apoyo en zonas del país que enfrentan desafíos por eventos recurrentes como sequías, incendios forestales, inundaciones o crecientes súbitas, ampliando la capacidad operativa del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres.
Líneas de acción, beneficios, vida laboral y social de los jóvenes
La iniciativa recoge compromisos derivados de los acuerdos firmados en 2016 y está alineada con la política de paz total del Gobierno Nacional.
Por ello, los participantes podrán desarrollarse en 11 líneas de acción que fortalecen la convivencia y aportan a la reducción del riesgo: alfabetización digital, trabajo con víctimas, cumplimiento de los acuerdos, impulso a la educación, protección ambiental, paz étnica y cultural, apoyo a personas vulnerables, reforma rural integral, vigías del patrimonio cultural y actividades especializadas en gestión del riesgo y cambio climático.
El programa también proporciona beneficios concretos: quienes completan el servicio reciben un certificado equivalente a la libreta militar, acreditación de primer empleo y un auxilio económico mensual equivalente al 80% del salario base de un soldado regular. Esto les permite adquirir experiencia, formación certificada y herramientas para iniciar su vida laboral con respaldo institucional.
El Servicio Social para la Paz se robustece como un componente social que vincula juventud, territorio y convivencia, mientras refuerza la preparación del país frente a emergencias derivadas de fenómenos naturales y condiciones climáticas que afectan a comunidades de todas las regiones.

Despliegue en más de 20 territorios afectados por incendios, inundaciones y sequías.













