Depresión: Lo que usted no sabe de este diagnóstico.

9 de octubre de 20201853 views0

Aspectos importantes detrás de este diagnóstico.

Fotografía/Cortesía: https://www.ngenespanol.com

ZIPAQUIRÁ, CUNDINAMARCA.

En esta segunda serie hemos dado atención a uno de los diagnósticos con mayores estadísticas a nivel mundial: Depresión. En el anterior articulo hablamos sobre el significado y síntomas que pueden indicar el padecimiento de esta enfermedad. Por lo tanto, esta vez estaré enfocándome en algunos aspectos que, con seguridad, usted no conoce.

Anteriormente, la depresión era atribuida a un estado especifico de la psique de la persona, es decir, un estado emocional que era influenciado por su contexto personal y social que desencadenaba disturbios de comportamiento. Por eso, si una persona experimentaba situaciones amenazantes para su salud emocional, ésta tenía alto riesgo para presentar una depresión y así, generar cambios significativos en su rutina (cómo los explicados en el primer artículo).

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Sin embargo, en la medida en que los estudios e investigaciones a nivel médico y científico fueron avanzando, la información sobre las posibles causas y consecuencias de estos diagnósticos de salud mental fueron quedado más amplias y claras. En el caso de la depresión, se han generado grandes descubiertas que hacen de este diagnóstico algo “menos grave” y con una posible cura fuera de los medicamentos convencionales.

Estos estudios giran alrededor de otros órganos del cuerpo humano que están directamente ligados al cerebro y a las estructuras, neurotransmisores y hormonas responsables por el proceso emocional, como es el intestino: El intestino es un segmento del canal alimentar responsable por la digestión, absorción y secreción de todo lo que entra por la boca; dentro de él habita un mundo microscópico llamado de flora intestinal o comunidad microbiana que interviene en casi todos los procesos del cuerpo humano. Inclusive, se ha comprobado que esa flora intestinal no solo tiene que ver con la digestión, sino con todos los procesos vitales del cuerpo, por lo cual cada vez más médicos están interesados en el cuidado y protección de este microbiota, ya que de este cuidado depende el cuidado del resto del cuerpo.

De esta forma, la ciencia ha concluido con bastante certeza que el vínculo de la flora intestinal bacteriana y el sistema nervioso central es estrecho y directo, afirmando que todo lo que acontece en el intestino puede determinar el estado de otros órganos, incluyendo el cerebro. En el caso de la depresión, se descubrió que el neurotransmisor con mayor influencia en el estado de ánimo en una persona, esto es la serotonina, tiene entre un 80 o 90% de producción en el intestino. Esto amplió la visión médica y científica del mundo.

Anteriormente, se sabía que una persona con diagnóstico de depresión tenía una disminución significativa de este neurotransmisor (serotonina) lo cual causaba una tristeza excesiva. En estos casos, la indicación médica era incrementar esos niveles bioquímicos a través de fármacos especializados. Pero a partir de estas investigaciones en donde el intestino cobró un protagonismo mayor de lo pensado, se ha dado mayor importancia al mejoramiento y rehabilitación de la flora intestinal para incrementar naturalmente los niveles de serotonina.

Esto nos lleva a pensar que, por mucho tiempo, algunas personas que eran diagnosticadas con depresión debido a alguna situación externa amenazante, no era debido a tal situación, sino, muy probablemente, a una mala alimentación, pues un intestino desequilibrado en su flora intestinal es un intestino que no produce serotonina. Y es aquí donde quiero enfocarme hoy específicamente: ¿cómo está su rutina alimentaria? ¿Sabía que eso está directamente ligado a su estado de ánimo? Todo lo que entra por su boca determina el estado de salud, tanto física como mental.

Desafortunadamente en nuestro país no existe una buena educación alimentaria, pues el mundo de la comida rápida e industrializada ha robado la atención (y el dinero) de las demandas reales del ser humano, pues las necesidades nutricionales básicas están lejos de lo rápido e industrializado. Esta falta de educación ha producido una mala higiene alimentaria en nuestra sociedad, dañando cada vez más nuestra flora intestinal y generando problemas como obesidad, diabetes, colesterol, tensión y, también, depresión, ansiedad, autismo, bipolaridad, entre otros.

¿Entonces, como podemos cuidar nuestra flora intestinal para que pueda mejorar nuestro estado de ánimo? Es necesario aprender a comer, sabiendo que cada decisión alimenticia interfiere directamente en nuestra salud, inclusive, con nuestro futuro (una buena flora intestinal previene diagnósticos como demencia de Alzheimer). Quiero dejarle algunos tips que puede comenzar a practicar a partir de ahora:

Elimine el consumo de productos industrializados como galletas y papas de paquete. Todo lo que es artificialmente producido es letal para su intestino.

Disminuya significativamente el consumo de azúcar y harinas blancas (trigo, pan).

Aumente significativamente el consumo de frutas y verduras. Todas las frutas y verduras le van a ayudar rehabilitar su flora intestinal.

Disminuya el consumo de fritos y grasas saturadas.

Disminuya significativamente el consumo de alcohol.

La práctica de estos puntos anteriores le va a ayudar a comenzar una buena rutina alimentaria y así, reconciliar su intestino con su cerebro. No obstante, es importante buscar ayuda profesional por parte de un nutricionista para que pueda indicarle de una manera más personalizada el tipo de dieta que usted necesita.

Recuerde que el ser humano no puede separarse por compartimentos separados en sus áreas; su vida cotidiana influencia directamente con su espirito, alma y cuerpo. Vamos a comenzar a cuidarnos de una manera íntegra.