Por Redacción
La Hacienda Cuernavaca, situada en el municipio de Pacho (Cundinamarca), fue en su momento un ícono de la extravagancia y el poder de Gonzalo Rodríguez Gacha, uno de los líderes más notorios del cartel de Medellín. Esta propiedad, que abarca aproximadamente 500 hectáreas, estaba equipada con lujos desmedidos como helipuerto, cancha de fútbol, establos para 50 caballos y un lago artificial.
A pesar de su pasado como símbolo de riqueza y exclusividad, la hacienda ahora muestra los estragos del tiempo. Sus paredes corroídas, el agua estancada en la planta baja y una piscina cubierta de musgo y vegetación reflejan el abandono. Incluso lo que alguna vez fue un baño turco y un jacuzzi, ahora habitados por murciélagos, evocan un escenario digno de una película de terror.
Curiosamente, esta antigua residencia delictiva ha adquirido un nuevo propósito. Actualmente, la hacienda es ocupada por una fundación que rescata perros callejeros. Los espacios que solían ser habitaciones para Rodríguez Gacha, su familia e invitados, hoy son el hogar de decenas de animales que reciben refugio y cuidado.
Ver esta publicación en Instagram
La Hacienda Cuernavaca no solo representa un capítulo oscuro de la historia de Colombia, sino también un recordatorio de cómo incluso los lugares más extravagantes pueden transformarse en espacios de resiliencia y nuevas oportunidades.
Los espacios que solían ser habitaciones para Rodríguez Gacha, su familia e invitados, hoy son el hogar de decenas de animales que reciben refugio y cuidado.
