Nació Ámbar, el tercer cóndor andino criado bajo incubación artificial en el Parque Jaime Duque

Ámbar, la tercera cría de cóndor andino nacida en el Parque Jaime Duque, es una nueva esperanza para la especie.

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Equipo del programa de conservación del cóndor andino. Parque Jaime Duque.
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Recientemente, se anunció el nacimiento de Ámbar, una nueva cría de cóndor andino que se suma a los esfuerzos de conservación liderados por la Fundación Parque Jaime Duque, en Tocancipá (Cundinamarca). La pequeña hembra, hija de Sue y Chie (una de las pocas parejas reproductoras del país), representa un nuevo capítulo en la recuperación de esta especie emblemática y amenazada.

El director de la Fundación Parque Jaime Duque, Rafael Torres, contó hace algunos días a Extrategia Medios que Ámbar “es una guerrera”. Según relató, el proceso de nacimiento tuvo varios percances: “en principio dejamos el huevo con sus padres, pero el macho lo curioseó tanto que, con su pico, alcanzó a romper el cascarón mucho antes de tiempo”. El equipo de conservación reaccionó de inmediato, trasladando el huevo a la incubadora donde previamente habían nacido Rafiki y Wayra, sus hermanos mayores. Gracias a esa intervención, la pequeña logró sobrevivir.

¿Por qué el nacimiento de Ámbar es tan importante para el cóndor andino?

El cóndor andino (Vultur gryphus), ave símbolo nacional, se encuentra en peligro de extinción por la pérdida de hábitat, el envenenamiento y la caza ilegal. Programas como el del Parque Jaime Duque buscan mantener la población.

El nacimiento de Ámbar confirma la efectividad de las estrategias científicas implementadas por la fundación, que incluyen monitoreo genético, reproducción controlada y educación ambiental. Estos esfuerzos no solo garantizan la supervivencia de la especie, sino que promueven la conciencia sobre la necesidad de proteger los ecosistemas de montaña que sustentan su vida.

¿Qué significa este logro para la biodiversidad del país?

Con este tercer nacimiento, la Fundación Parque Jaime Duque reafirma su papel como aliada de la conservación de especies amenazadas. Su trabajo trasciende la protección del cóndor andino, pues articula ciencia, educación y participación ciudadana en la defensa del patrimonio natural colombiano.

Cada nuevo cóndor que logra nacer bajo cuidado humano representa una esperanza tangible: la posibilidad de que los Andes sigan siendo sobrevolados por una de las aves más majestuosas del continente.

El nacimiento de Ámbar, además de un logro biológico, es una muestra del compromiso continuo de un equipo que trabaja día y noche para que la vida siga teniendo alas.

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