Desde Tocancipá (Cundinamarca), en el Hogar Amparo Quin (un espacio de la Fundación Proyecto Unión), rodeado de árboles, flores y voces que acompañan, vive Fernando*, un joven de 31 años con Parálisis Cerebral Espástica. Aunque no puede hablar con su voz, se comunica con una tableta y con algo más profundo: la poesía.
Escribe con sus propias manos, trazo a trazo, en un cuaderno donde cada letra parece un acto de paciencia y belleza. Luego, esos poemas son transcritos e impresos, convertidos en testimonio de una vida que, lejos de detenerse, florece en cada palabra.
Fernando tiene tres sueños que lo impulsan cada día: tener su propio celular, conocer México y abrazar a Maite Perroni, la artista de RBD que lo inspiró a creer en lo posible.
¿Cómo la poesía se convirtió en la voz de Fernando?
Cuando llegó al Hogar Amparo Quin, bajo medida de protección del ICBF, su mundo cambió. Allí encontró un entorno tranquilo y profundamente humano, donde la discapacidad no se concibe como un límite, sino como una forma distinta de ver la vida.
El arte es parte esencial del acompañamiento: cada talento se potencia, cada historia se escucha. En ese ambiente, Fernando descubrió que escribir era su manera de decir lo que el cuerpo no podía expresar. Sus poemas hablan del amor, de los colores, de la esperanza y de la belleza de las personas, como si cada palabra fuera un recordatorio de que la sensibilidad también puede ser fortaleza.
En una de sus notas, escribió: “La vida hay que vivirla con todas las fuerzas”. Esa frase resume lo que representa para quienes lo rodean: un ejemplo silencioso de libertad.

¿Quién es Lulú, la niña que da color a sus versos?
En el mismo hogar vive Lulú, una niña con discapacidad que pinta y decora los poemas de Fernando. La unión entre ambos fue idea de los colaboradores del Hogar Amparo Quin, quienes vieron cómo sus talentos se complementaban: él escribe, ella pinta.
De esa alianza surgieron pequeños cuadros donde las palabras y los colores se funden. Son piezas únicas que no solo expresan arte, sino también complicidad, respeto y ternura.
¿Cómo la comunidad puede apoyar historias como la de Fernando?
Historias como la de Fernando son posibles gracias al trabajo de la Fundación Proyecto Unión y el Parque Jaime Duque, organizaciones que brindan atención integral a niños, niñas y jóvenes con discapacidad o enfermedades complejas. En este espacio, el cuidado físico se concierta con el desarrollo emocional, el arte y la educación.
Una de las iniciativas que mantiene viva esta labor es la Carrera Sueños en Construcción, que este año tendrá su cuarta edición el 23 de noviembre. Cientos de familias, deportistas y voluntarios participarán no solo por llegar a la meta, sino por sostener con cada paso los programas que permiten que más niños y jóvenes encuentren acompañamiento, salud y un lugar donde crecer con dignidad.
Las personas interesadas en apoyar a Fernando directamente, comprar sus poemas, o en conocer más sobre la labor del hogar pueden comunicarse al 313 472 4777 o 313 852 1264.
Aunque no puede hablar con su voz, se comunica
con una tableta y con algo más profundo: la poesía.
*El nombre real del joven fue cambiado para proteger su identidad, pues actualmente se encuentra en un proceso de 
restablecimiento de derechos.













