¿Por qué hacemos All-In La psicología de las apuestas altas en pronósticos deportivos

Quien apuesta con frecuencia seguramente ya se ha visto en esa situación: decidir jugárselo todo en un único pronóstico.

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O termo all-in, famoso no poker, ganhou espaço nas apostas esportivas aqui na Colômbia. Se você ainda não conhece, all-in é quando você aposta todas as suas fichas de uma vez. No universo dos esportes, isso significa colocar todo o seu dinheiro em uma única aposta.
Quien apuesta con frecuencia seguramente ya se ha visto en esa situación: decidir jugárselo todo en un único pronóstico. La mayoría de veces ocurre cuando el apostador ya ha perdido otros tiquetes previamente, lo que enciende una señal de alerta. ¿Es realmente saludable? ¿Cuál es la psicología detrás del all-in? ¿Vale la pena en algún escenario?


¿Qué es más intenso? ¿La victoria o la derrota?


No importa cuánto estés poniendo en juego. Incluso si haces una apuesta de apenas 1.000 pesos colombianos. La emoción de perder es mucho más intensa que la de ganar, y eso lo confirma la ciencia. Estructuras cerebrales como la amígdala responden con mucha más fuerza ante las pérdidas que frente a las ganancias.
Ya en el siglo pasado existían estudios que mostraban esa diferencia. A Teoria da Perspectiva (de Kahneman & Tversky, 1979) explica: para o cérebro, o impacto de perder é muito maior do que a satisfação de ganhar algo de valor equivalente.
De esta forma, un apostador que viene encadenando varias victorias seguidas está bajo una influencia mucho menor de las emociones que aquel que atraviesa una racha de derrotas. Pero, ¿qué tiene que ver esta diferencia entre la intensidad de las pérdidas y de las ganancias con el all-in? Todo. Esa es la clave para entender la psicología que lo impulsa.


El All-In es una decisión impulsiva: casi siempre


No se trata solo de un manual de lo moralmente correcto: los apostadores más experimentados difícilmente hacen all-insen las apuestas deportivas. En realidad, suelen dividir su banca en unidades muy bien planificadas.
Los nuevos apostadores, en cambio, pueden aprovechar bonos de casas de apuestas confiables —por ejemplo, de la selección disponible en https://legalbet.co/casas-de-apuestas/sets/bonos-sin-deposito/.

En esos casos, sí pueden apostar todo el monto del bono en una jugada, pero eso no es lo mismo que arriesgar todo su capital de apuestas.
Mientras que en el póker el all-in tiene más sentido, sobre todo como estrategia de farol o de intimidación al rival, en los pronósticos deportivos es difícil encontrar dónde encajaría.
En la práctica, el all-in casi siempre ocurre cuando el apostador siente ese impulso típico: ya sea intentando recuperar pérdidas o simplemente buscando aliviar la tensión que genera la incertidumbre sobre cuándo llegarán las ganancias. Es como lanzar toda la plata en un solo tiquete para “resolver la cuestión” y evitar un colapso mental.

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Efectos psicológicos y sesgos cognitivos


Los estudios científicos sobre la psicología del apostador son variados, y entre ellos ya hay varias conclusiones que parecen irrefutables. Veamos:
El efecto de la casi victoria — cuando se pierde por poco, esa sensación de “casi ganar” es un estímulo muy fuerte para seguir apostando. Es como si la victoria estuviera “a la vuelta de la esquina”. Entonces, lo que suele pasar es que se arriesga todo, porque en teoría “solo falta un paso más”. ¡Falso!
El estado mental y el momento — investigaciones con apostadores en carreras de caballos muestran que, hacia el final de las sesiones, los jugadores tienden a arriesgar más. Esto puede deberse al cansancio acumulado tras varias horas o a un intento de “irse a casa” con algo positivo.
El riesgo es placentero — el ser humano es tan contradictorio que puede decir que odia la sensación de apostar fuerte y perder, pero en realidad las situaciones de riesgo liberan mucha más dopamina. Y eso resulta placentero, aunque sea de manera inconsciente.
Señales del cuerpo y del entorno — es difícil que un all-in ocurra en un momento en el que la persona está tranquila mental y físicamente. Estudios muestran que señales como el aumento del ritmo cardíaco y la tensión corporal influyen directamente en acciones impulsivas. El ambiente también moldea: estímulos visuales y auditivos pueden intensificar conductas de riesgo.


El reto es encontrar a alguien que defienda el all-in en apuestas deportivas


Se necesita mucha osadía para recomendarle a alguien que haga all-in en apuestas deportivas. En realidad, quien actúe de buena fe sabe que este tipo de consejo solo refuerza conductas impulsivas y puede afectar directamente a las personas. Pero, ¿eso quiere decir que nunca debería usarse?
Lo que los grandes tipsters de la historia y de la actualidad recomiendan siempre es dividir la banca en unidades, de entre el 1% y el 3% del valor total. Por ejemplo, si tienes 800.000 pesos colombianos, cada tiquete debería ser de apenas 8.000 a 24.000 pesos, o un poco más. ¿Dónde encaja un all-in aquí? Es una dirección totalmente contraria a lo aconsejable.
Además, está claro que los apostadores con tendencia a problemas como la ludopatía terminan cayendo en errores típicos, y uno de ellos es precisamente el all-in.
Ir all-in puede tener sentido, pero solo en casos muy específicos:

  • Cuando tienes una apuesta gratis que puedes dividir en partes. Ahí se puede arriesgar todo en un pronóstico con cuotas altas y esperar que salga bien. Si pierdes, lo único que pierdes es el bono.
  • Cuando separas una suma pequeña para apostar, por ejemplo unos 24.000 pesos. Si no quieres hacer varias jugadas y prefieres ponerlo todo en una sola, eso también es un all-in.

    Pero si ese dinero es importante para ti, o si sientes que las apuestas te están afectando, jamás consideres este tipo de estrategia.