By Redacción
El pasado domingo 21 de agosto, en el municipio Cajicá se presenció un caso de violencia intrafamiliar por parte de un hombre que atacó a su hija y a su esposa con armas cortopunzantes (alicate y tijeras).
La discusión que desencadenó el terrible suceso se dio por un enfrentamiento sobre una infidelidad que habría cometido el agresor desde hace más de 20 años: «Se desencadenó un acto de violencia en el que estuvo de por medio unos alicates y unas tijeras, con las que en primera instancia mamá buscaba defendernos a las dos… pues por la gravedad de los golpes. Luego, él uso de estas mismas tijeras para lastimar a mi mamá, la gravedad de los golpes fue atroz y fue un episodio traumático para toda mi familia», relató Gisel Mariana Gordo, hija de la víctima.
La situación llegó al punto de que las autoridades de policía hicieron presencia en el lugar de los hechos, intervinieron y se llevaron al hombre, mientras que las víctimas tuvieron que ser trasladadas de urgencia al centro médico asistencial más cercano.
Sin embargo por la gravedad de las lesiones, la mujer de 56 años fue remitida a la Clínica Los Nogales en la ciudad de Bogotá, «En este momento se encuentra juego su visión y la posible pérdida de su ojo, también, otros otros aspectos de su salud, es que, pues tiene repercusiones de fracturas maxilofaciales que estamos pues a la espera de una respuesta quirúrgica», aseguró Gisel Mariana.
Pese a los escabrosos hechos de violencia contra estas mujeres, un juez de la República dictaminó que no era necesario una medida de aseguramiento porque no era un caso de reincidencia, así que el agresor se encuentra en libertad, mientras las víctimas viven aterrorizadas de que el hombre arremeta contra sus integridades nuevamente.
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«Está en riesgo su visión, no puede ver nada por uno de sus ojos». – Gisel Gordo.
Foto portada: Imagen de referencia.
