Antonio Frío, el también músico y compositor buma-zipaquireño

Con una faceta social que en los años 70 causó sensación a nivel latinoamericano por su alto contenido social.

Hace más de 40 años llegó a Zipaquirá Antonio Frío, atraído por los pictogramas y otros atractivos arqueológicos de las piedras del abra, al oriente de este municipio.

Esos abrigos rocosos utilizados por los primeros pobladores humanos de la región, en el  Pleistoceno tardío le llamaron la atención y más cuando se enteró que en este lugar se encontraron los vestigios humanos más antiguos de Latinoamérica hasta ahora hallados.

Corría el año de 1977 cuando le entró esa grata curiosidad, regresó a la ‘Ciudad de la Sal’, a realizar esta tarea de investigación, recordando que ya había venido algunos años atrás, siendo niño y de la mano de su mamá, a recorrer los encantos de la primera Catedral de Sal.

Antonio Frío nuevamente recorrió el municipio salino, pero con más detenimiento, sensibilizado por su arqueología, atractivos turísticos como la Catedral de Sal, la arquitectura, la historia y sus gentes.

Nació en Bucaramanga, Santander,  pero se hizo también zipaquireño. Además es historiador con énfasis en el recorrido apasionante de los Zipas y demás protagonistas legendarios de este territorio.

Es escultor, otra de las vocaciones que muy bien ha logrado en varios escenarios de nuestro país, y donde Zipaquirá, municipio que lo acogió, no podía quedarse sin una de sus esculturas, como la que está plasmando, dedicada precisamente al más aguerrido y abanderado de los Zipas, como lo fue Tisquesusa, escultura que será colocada en algunos meses a un costado de la estación de tren en esta ciudad, en la vía que hoy se está adecuando, sobre la carrera 11 a la entrada de la Ciudad de la Sal, que se ha denominado: “El Paseo del Zipa”.

Frío también es gratamente reconocido por sus pinturas, especialmente por los innumerables lienzos dedicados al Libertador Simón Bolívar, pero en ruana. Obras que han cruzado las fronteras de los cinco continentes y reposan en los más sofisticados salones de arte y en recintos de sensibles y gomosos del arte plástico y que admiran al libertador.

Sin embargo hay otra faceta en el que en su momento Antonio Frío fuera muy reconocido a nivel nacional y latinoamericano, cuando en Colombia y en el continente, con la vieja nueva ola se logró filtrar la música protesta con grandes artistas como Ana y Jaime, Pablus Gallinazo, Luis Gabriel y a nivel latinoamericano Piero, Alberto Cortés, Silvio Rodríguez, Alí Primera, y tantos otros más, además de la poesía nadaista, donde se incrusta la inspiración del maestro Antonio Frío con varios de sus temas, entre otros como Pachín Campana, Pistolero Siglo XX, Piel Cobriza; Frío y Soledad; Un Puerto Llamado Planeta y Juan Minero.

 

Carátula del acetato, LP, de uno de sus álbumes musicales  (Pistolero Siglo XX) con la foto de Antonio Frío.

Hoy Antonio Frío vive entre Zipaquirá, Bogotá y Bucaramanga investigando y recomponiendo parte de la historia, especialmente muisca, presentando sus obras y participando en las más importante galerías en Colombia y en el exterior.

Nos hemos detenido en esta oportunidad en su vocación musical como compositor e intérprete de sus temas sociales o de protesta como se conoció especialmente en la década de  los años 70.

“Con la vieja nueva ola se logró filtrar la música protesta con grandes artistas como Ana y Jaime, Pablus Gallinazo, Luis Gabriel y a nivel latinoamericano Piero, Alberto Cortés, Silvio Rodríguez, Alí Primera, y tantos otros más, además de la poesía nadaista, donde se incrusta la inspiración del maestro Antonio Frío”.

*Les invitamos para que hagamos ese recorrido musical con el maestro Frío, sus obras, su inspiración, anécdotas e interpretaciones a través de la entrevista que concedió a Extrategia, con el siguiente enlace.