Una joven madre de 26 años, desesperada por mejorar la situación económica de su familia, fue víctima de una cruel red de trata de personas que la llevó desde Pereira (Risaralda) hasta Bari (Italia).
La mujer presuntamente fue contactada por Martha Cecilia Álvarez Silva, quien le ofreció un aparente empleo en un almacén de ropa, acompañado de ayuda para tramitar documentos y cubrir los gastos del viaje.
El engaño parecía convincente: trámites de pasaporte y permisos consulares, tiquetes aéreos por 10 millones de pesos, además de vestido, alojamiento y alimentación al llegar a Europa. Todo lucía como una oportunidad soñada.
Sin embargo, al aterrizar en Italia, la promesa se convirtió en una pesadilla.
La ilusión de un futuro mejor se convirtió en una pesadilla
En septiembre de 2016, la joven viajó confiada a Italia, donde fue recibida por Álvarez Silva. De inmediato, la mujer le retuvo el pasaporte, la trasladó a la ciudad de Bari y la hospedó en un hotel. Allí le reveló la verdad: debía prostituirse para pagar los gastos del viaje y su manutención.
A partir de ese momento, la víctima fue sometida a tratos inhumanos. Solo podía alimentarse con pan, agua y ocasionalmente atún; sus comunicaciones con la familia eran controladas, y vivía bajo amenazas permanentes de represalias.
La situación se agravó hasta el punto de que la joven fue víctima de un intento de homicidio, lo que la dejó gravemente herida. Su traslado a un centro asistencial italiano fue el punto de quiebre: allí denunció la situación ante las autoridades, quienes le brindaron protección y apoyo para regresar a Colombia en noviembre de 2016.
La justicia colombiana actuó con contundencia
Gracias al trabajo de un fiscal de la Dirección Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos, el caso fue documentado y llevado ante un juez penal de conocimiento de Pereira, quien condenó a Martha Cecilia Álvarez Silva a 13 años de prisión por el delito de trata de personas.
El fallo también impuso una multa de 800 salarios mínimos legales mensuales vigentes y una inhabilidad para ejercer derechos y funciones públicas por 156 meses.
La sentencia, emitida en primera instancia, aún puede ser apelada, pero marca un precedente importante en la lucha contra las redes de explotación humana que operan bajo la fachada de falsas ofertas laborales.
Trata de personas: el engaño que destruye vidas
Casos como este reflejan una de las formas más crueles de violación de derechos humanos. La trata de personas continúa siendo una amenaza real en Colombia y el mundo, especialmente para mujeres jóvenes que buscan oportunidades laborales fuera del país.
Las autoridades hacen un llamado a verificar las ofertas internacionales, acudir a entidades oficiales antes de aceptar viajes o contratos y denunciar cualquier sospecha de reclutamiento con fines de explotación.
Fue obligada a prostituirse, sufrió maltrato
y sobrevivió a un intento de homicidio.