Hace 66 años, en el municipio de Cajicá (Cundinamarca), nació Alquería, una de las empresas lácteas más representativas del país. Lo que comenzó como un emprendimiento familiar se convirtió, con el paso del tiempo, en una organización que entiende que su éxito empresarial está directamente ligado al progreso social. Esa convicción se consolidó hace 15 años con la creación de la Fundación Alquería Cavelier, un proyecto que surgió con el propósito de demostrar que la educación pública de calidad puede ser la palanca más poderosa para transformar vidas.
Desde entonces, la Fundación ha acompañado a instituciones educativas oficiales para fortalecer sus procesos de gestión escolar y liderazgo pedagógico. A través del Programa de Mejoramiento de la Calidad Educativa (PROMCE), desarrollado junto con la Secretaría de Educación de Cundinamarca, se ha logrado impactar a:
- 200 colegios en 93 municipios, beneficiando a 7.475 docentes y 146.609 estudiantes.
Gracias a estos esfuerzos, el departamento pasó del sexto al cuarto lugar en las Pruebas Saber 11, y alcanzó la menor brecha del país entre instituciones rurales y urbanas.
Educación pública de calidad: ¿cómo ha transformado vidas en Cundinamarca?
El impacto de la Fundación Alquería Cavelier va más allá de las estadísticas. Su enfoque ha permitido que cientos de jóvenes talentosos accedan a oportunidades que antes parecían inalcanzables. Uno de los programas más destacados es Talentos Excepcionales, con el cual 529 estudiantes han ingresado a universidades de excelencia; de ellos, el 89 % ya está vinculado al mercado laboral y 74 cursan estudios de posgrado.
Además, iniciativas como el Semillero de Talentos acompañan a adolescentes en procesos de nivelación académica, desarrollo de habilidades socioemocionales y orientación vocacional, dando lugar a historias de superación que trascienden las aulas.
Oportunidades para jóvenes: ¿qué programas abren puertas a un futuro prometedor?
En su apuesta por ampliar el acceso a la educación de calidad, la Fundación también creó un programa que permite a estudiantes de Cajicá, Chía, Tabio y Tocancipá cursar su bachillerato en reconocidos colegios privados como Los Nogales, el Liceo Francés Louis Pasteur o el Gimnasio El Hontanar. Desde 2010, 65 jóvenes se han beneficiado de esta iniciativa, 13 ya son bachilleres y varios estudian actualmente en universidades de élite tanto en Colombia como en el exterior.
Estas oportunidades, sumadas a los programas de fortalecimiento pedagógico, muestran cómo la educación puede ser un camino efectivo hacia la movilidad social. Lo que comenzó en Cajicá hoy tiene un alcance regional y nacional, con impactos concretos en comunidades que creen en la excelencia académica como una meta posible dentro del sistema público.
Compromiso compartido con el futuro:
Detrás de cada logro está la filosofía que Alquería comparte con su fundación: “nutrir el futuro, transformando sueños en realidades”.
La compañía, reconocida como Empresa B, ha integrado la educación como una de sus cuatro grandes causas, convencida de que nutrir va más allá de ofrecer productos lácteos: implica brindar oportunidades y herramientas que permitan construir un país más equitativo.
Hoy, Cundinamarca exhibe mejores resultados académicos y Cajicá se consolida como el epicentro de un modelo que ha permitido a cientos de familias soñar con un futuro distinto.

La promesa, aseguran desde la
Fundación Alquería Cavelier, es continuar impulsando desde la educación pública un país con más oportunidades, justicia social y desarrollo sostenible.