En lugar de representar un problema de contaminación, el excremento de más de 2.600 animales que habitan en el Centro de Bienestar Animal La Perla, en Medellín (Antioquia), se ha convertido en el eje de un modelo ejemplar de sostenibilidad urbana. Este refugio, ubicado en Belén Altavista, desarrolla desde hace varios años un programa de compostaje con el que transforma toneladas de residuos en abono orgánico útil para la recuperación de zonas verdes y el fortalecimiento de la economía circular.
La estrategia hace parte de un plan integral que también incluye el manejo responsable de residuos, el aprovechamiento de aguas lluvias, el ahorro energético y la colaboración con organizaciones sociales para garantizar la inclusión.
“La Perla es mucho más que un centro de protección animal: es un referente de sostenibilidad y compromiso con Medellín. Aquí demostramos que el bienestar de los animales puede ir de la mano con el cuidado del ambiente, a través de prácticas responsables e innovadoras”, aseguró Elizabeth Coral, subsecretaria de Protección y Bienestar Animal de Medellín.
¿Cuánta materia orgánica se transforma y cómo se aprovecha?
La magnitud del proyecto es considerable. En promedio, el centro recolecta 40 bultos de compostaje al día, cada uno de aproximadamente 25 kilogramos. Esto equivale a una tonelada diaria, ocho semanales y cerca de 34 toneladas al mes de residuos transformados en abono orgánico seguro y funcional.
El producto resultante se utiliza principalmente en la recuperación de espacios verdes de la ciudad, contribuyendo a la mejora de suelos y al mantenimiento de áreas públicas. Este proceso no solo evita que los desechos terminen en rellenos sanitarios, sino que reduce significativamente la huella ambiental del centro.
La estrategia hace parte de un plan integral que también
incluye el manejo responsable de residuos.