Fumiaki Noya es una eminencia en el mundo de la traducción literaria. Gracias a su trabajo, los lectores japoneses han podido acercarse a la obra de Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa y otros autores del boom latinoamericano. Durante su paso por Zipaquirá (Cundinamarca), el lugar donde se gestaron los primeros pasos literarios del Nobel colombiano, el maestro compartió detalles de su trayectoria y su relación con la literatura hispanoamericana.
Entrevista:
P: Maestro Noya, para nosotros significa mucho tenerlo en Zipaquirá, donde Gabriel García Márquez inició su camino literario. Sin embargo, usted no solo ha traducido sus escritos, sino también los de otros autores del boom latinoamericano.
¿Cómo aprendió español y qué lo llevó a interesarse en esta lengua?
R: Bueno, yo empecé a aprender español en la universidad, al ingresar a ella. Pero era solo el idioma, nada más, entonces no me interesaba mucho estudiar. Aunque, desde muy pequeño, siempre me ha gustado mucho leer y la literatura.
P: Entonces, ¿cómo fue su acercamiento a Gabriel García Márquez? ¿Qué fue lo que más le atrajo de él?
R: En aquellos años aún no se conocía mucho a García Márquez en Japón. Solo había algunas traducciones de cuentos. En 1974 se publicó la traducción de Cien años de soledad. Leer esa novela me estimuló mucho para aprender. Antes siempre leía literatura europea, pero desde que leí Cien años de soledad todo cambió… me cambió.
P: Ahora, ¿qué libros de García Márquez ha traducido al japonés?
R: Primero, Crónica de una muerte anunciada; se vendieron muchas de sus ediciones (la editorial que publicó la versión original en formato de tapa dura fue Shinchosha, dentro de la serie Literatura Mundial Contemporánea, en abril de 1983). Y también yo mismo edité los cuentos… una antología de los cuentos. Incluso, El coronel no tiene quien le escriba, y La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada.
P: ¿Qué impresión le dejó Zipaquirá, la tierra donde nuestro Nobel empezó a escribir?
R: Antes de venir pensaba que era un lugar muy oscuro (risas), muy frío, quizá. Y sí, es cierto. Pero con estas luces y colores, Zipaquirá representa una parte muy especial de Colombia.
P: Para terminar, ¿qué está traduciendo actualmente? ¿Qué novedades de la literatura latinoamericana llegarán a Japón?
R: Acabo de terminar la traducción de Rayuela, de Cortázar.
P: Maestro, ha sido un honor tenerlo en Colombia y en Zipaquirá.
R: Gracias, para mí… Es un placer estar aquí en Zipaquirá.
¿Quién es Fumiaki Noya?
Fumiaki Noya es un reconocido académico, investigador y traductor japonés especializado en literatura hispanoamericana. Durante más de cuatro décadas ha mezclado la docencia universitaria con la traducción y la edición, construyendo una trayectoria que lo ubica como una de las voces más autorizadas en la difusión de la narrativa latinoamericana en Japón.
Su formación en lenguas y literaturas hispánicas le permitió consolidar una carrera académica en prestigiosas universidades japonesas, donde ha formado generaciones de especialistas en traducción y literatura comparada.
A lo largo de su vida profesional ha participado también en estancias y proyectos internacionales que lo ratifican como un puente cultural entre Asia y el mundo hispano.
En el campo de la traducción, Noya ha trabajado con textos fundamentales del boom latinoamericano. Entre sus aportes se destacan las versiones al japonés de Crónica de una muerte anunciada y de diversas compilaciones de cuentos de Gabriel García Márquez, así como la edición de antologías que dieron visibilidad a autores de la región en el mercado editorial nipón. Su trabajo no se limita a la traducción literal: añade comentarios y notas críticas que ayudan a los lectores japoneses a comprender mejor los contextos culturales y literarios de las obras.
Como investigador, ha publicado análisis sobre la circulación internacional de la literatura latinoamericana, reflexionando sobre cómo las obras atraviesan fronteras lingüísticas y culturales hasta integrarse a repertorios lectores extranjeros. Ese doble perfil (traductor riguroso y estudioso crítico) lo ha convertido en una referencia obligada para comprender la presencia de la literatura hispanoamericana en Japón.
Además, Noya ha participado en foros, comités y simposios internacionales sobre traducción, aportando su visión sobre los retos de trasladar sensibilidades culturales tan diversas y sobre la importancia de elegir textos representativos que permitan un diálogo más amplio entre naciones.
Gracias a esa labor, Fumiaki Noya se ha consolidado como una figura clave en la mediación entre la literatura
hispanoamericana y los lectores japoneses.