Entre 1810 y 1820 se llevaron a cabo varios eventos que incitaron el desarrollo económico, social y cultural del país. Uno de ellos se dio en el año 1816 en la ciudad de Bogotá, cuando Josefa Caicedo rompió todos los esquemas sociales de la época y junto a su esposo fundó un restaurante diagonal a ‘la puerta falsa’ de la Catedral Basílica Metropolitana de Bogotá y Primada de Colombia. Fue un grito rebelde a los patrones impuestos por la Iglesia y el Estado, donde vendían cocadas, arequipes, dulces de leche, brevas con arequipe, arroz con leche, marquesas, entre otros. Y desde aquel entonces, el emblemático lugar y sus sabores se han mantenido a través del tiempo.
Es el establecimiento más antiguo del país y no siempre se llamó como se conoce actualmente; nació sin nombre y según la historia familiar, el nombre de “La Puerta Falsa” se inició por los ciudadanos de la época, quienes al acordar un lugar de encuentro tomaban como referencia La Puerta Lateral de la Catedral, la que arquitectónicamente se denominaba “Puerta Falsa” y se expresaban: “Encontrémonos frente a la puerta falsa de la Catedral”.
La Puerta Falsa lleva 206 años de historia en Colombia, con nueve generaciones de la misma familia. Este restaurante que reúne cultura, tradición y costumbres, es un lugar insignia tanto para colombianos como para extranjeros.
Sigue manteniendo intactos los sabores de la Bogotá tradicional con su emblemático tamal con chocolate santafereño que viene acompañado de pan con mantequilla, queso y almojábana, así como la changua, el peto con panela y queso, el aguapanela, el masato, el ajiaco y el puchero. También se sigue encontrando los dulces tradicionales que seguramente lo harán recordar algún momento o alguien especial de sus vidas.
La Puerta Falsa, ha conservado su estilo y se ha situado por más de 200 años en Bogotá, ahora también en Zipaquirá, impulsando la delicia de los dulces autóctonos, la cooperación entre comerciantes gastronómicos de la región y la sensibilidad que poseen los cocineros en sus ‘recetas secretas’ que van de generación en generación. Allí también ofrecen el Postre de Natas, Leche Asada, Cuajada con Dulce, Arroz con Leche, Postre de Limón, Almojábanas, Envueltos, Cotudos, Tortas de Chocolate, Vainilla o Mora.
Incluso en La Puerta Falsa funciona a la perfección “el matrimonio más dulce del mundo” con una deliciosa cuajada acompañada con dulce de mora o arequipe, sin embargo, también convidan “al divorcio más barato que existe” donde se comprometen los mismos ingredientes del matrimonio, pero con un tercero.
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En honor a la Independencia de Colombia, ‘La Puerta Falsa’ fabricante de golosinas colombianas de gran fama en el mundo, desde hace 206 años producen también ‘La Marquesa’.
“Si quieres conquistar a alguien, regálale una marquesa”, aconsejó entre risas Paola Sabogal, novena generación de ‘La Puerta Falsa’ y administradora del punto en Zipaquirá. Y es que, ‘La Marquesa’ era el dulce que Manuelita Sáenz obsequiaba al libertador Simón Bolívar, para conquistar su corazón noble y rebelde.
En ‘La Puerta Falsa’ se puede disfrutar un viaje de sabores y aromas por la multiculturalidad que representa al país, del interior al exterior, muchos europeos, norteamericanos, asiáticos y colombianos de otras partes del país llevan su bandeja de dulces que se puede componer de cocadas blancas, cocada de color naranja (maracuyá), cocada de color marrón (maní y panela), La tradicional ‘Crespa’ con coco y panela, bocadillo con arequipe, brevas con arequipe, dulce de tamarindo, media cáscara de naranja rellena con arequipe, panelita con dulce de leche de cabra, palitos de arequipe con harina pulverizada, empanada de coco raspado con arequipe, disco de chocolate negro con maní o disco de chocolate blanco con crispí.
Si desea conocer más sobre La Puerta Falsa y su oferta gastronómica, puede visitarlos en Calle 11 No. 6-50 en Bogotá D.C, y en Zipaquirá (Cundinamarca) en la Carrera 8 No. 4-16 , también se puede comunicar al celular 313 3965670, y en las redes sociales como lapuertafalsa1816 en Instagram.
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