Omar Javier Suárez Triviño
Economista.
Definitivamente la crisis económica global dejó con los crespos hechos a los pronósticos de analistas y economistas, quienes a pesar de augurar una desaceleración de la economía mundial, los tomó por sorpresa la llegada del Coronavirus y la guerra de precios en el sector petrolero. Esto afectará de manera significativa el crecimiento económico para Colombia, el cual venía mostrando una muy buena dinámica en los 2 primeros meses del año. Mientras los pronósticos de crecimiento para la economía nacional en 2020 se ubicaban alrededor del 3%, siendo ejemplar para el resto de los países latinoamericanos, ahora existe la duda de si incluso vamos a registrar una variación positiva.
La economía colombiana demostró resistencia frente al choque vivido durante la crisis petrolera del 2014-2016, además de enfrentar con valentía y éxito la crisis hipotecaria norteamericana en el 2008. Dado que ahora nos enfrentamos a un duelo nuevo y desconocido, el Banco de la República y el Gobierno Nacional deben sacar toda su artillería para mitigar el impacto de 3 choques simultáneos sobre la economía colombiana, apoyando las empresas para que veamos el menor costo posible en términos de desempleo y podamos observar una recuperación más rápida con un aparato productivo que está ansioso por volver a encender sus motores. En este artículo quiero mostrar brevemente los choques que enfrentará la economía colombiana en lo que parece la próxima recesión de la economía mundial.
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Por el lado de la oferta, el fuerte repunte en la producción de petróleo en Estados Unidos, basado en el fracking, alcanzó un récord de 13 millones de barriles por día, lo cual ha permitido compensar la fuerte disminución en otros países. La producción de Irán y Venezuela se han visto golpeadas por las sanciones impuestas por Estados Unidos, mientras que el intenso conflicto interno ha afectado la industria en Libia. A esto se suma la rápida disminución en la producción de México en los últimos años. A la debilitada demanda de la economía global, se sumó el anuncio por parte de Arabia y Rusia de aumentar su producción a máxima capacidad. Esta situación ha provocado un enorme exceso de oferta global, generando un desplome en el precio del petróleo, ubicándose sobre los 20 dólares por barril, mínimo en 18 años. Según la debilidad observada en el mercado, podríamos seguir viendo mayores desvalorizaciones en el precio del crudo, a menos que Estados Unidos, Arabia y Rusia pongan de su parte para realizar un recorte coordinado de producción, que le dé mayor oxígeno al precio. Incluso en este escenario, la debilidad de la demanda global limitaría la valorización en el precio de la materia prima.
Para la economía colombiana, los menores precios del petróleo generarán una caída importante en los ingresos para el país, ya que este sector constituye una fuente importante de recursos por medio de impuestos, regalías, dividendos de Ecopetrol, entre otros. A la reducción de ingresos se le sumaría el incremento en gastos fiscales propiciados por las restricciones generadas para detener el Coronavirus y las demandas sociales. Esto desembocaría en un aumento del déficit fiscal y un mayor nivel de endeudamiento del país (Deuda/PIB), razón por la cual ha aumentado la probabilidad de una rebaja en la calificación crediticia de Colombia. Asimismo, esperamos una caída importante en las exportaciones como consecuencia del desplome en el precio del crudo, agudizando el ya alto déficit de balanza comercial, el cual ha venido preocupando a más de uno.
En conclusión, esperamos una debilidad importante para la economía colombiana en el año 2020, la cual se verá impactada por 3 choques diferentes, cuyo resultado final dependerá en gran medida por la profundidad y la duración de las cuarentenas, además del nivel del precio del petróleo y de la dinámica económica mundial.
Hay que destacar que a pesar del fuerte desplome en el precio del crudo durante la crisis petrolera del 2014-2016, el cual alcanzó a ubicarse por debajo de 30 dólares el barril, la economía colombiana siguió registrando un crecimiento positivo, mostrando su resistencia y capacidad de superar adversidades a pesar de la fuerte dependencia del commodity. Por otro lado, recordando la crisis hipotecaria norteamericana del 2008, la cual generó un fuerte choque externo para nuestro país, hay que destacar que en dicha ocasión nuestra economía tampoco registró una recesión económica, demostrando que nuestra vulnerabilidad era limitada a choques externos. La diferencia con estas 2 crisis anteriores, es que la coyuntura que estamos viviendo en el año 2020 incluye los 2 choques anteriores (petrolero y externos), sumado a un choque interno generado por las restricciones implementadas para evitar la expansión del Coronavirus.
Dado que ahora nos enfrentamos a un duelo nuevo y desconocido, el Banco de la República y el Gobierno Nacional deben sacar toda su artillería para mitigar el impacto de 3 choques simultáneos sobre la economía colombiana.
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